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viernes, 16 de diciembre de 2011

Capítulo 19: ¡Un susto de muerte!

El miércoles llegué a clase con la cara larga y unas ojeras que me llegaban a los pies. No había dormido en toda la noche. Tenía demasiadas cosas en las que pensar y no pude pegar ojo. Se aproximaban los finales, Álex estaba rarísimo y ese mensaje de David. Bah, decidí no darle la menor importancia, me volvió a contestar, diciéndome que le iba a bien, que estaba ocupado estudiando mucho para sacr nota y poder entrar en medicina dentro de un par de cursos.
Anda, qué bien!! Me alegro un montón que tengas claro lo que quieres hacer ^^ Yo no tngo ni ideaaa xDDD Pues suerte con los examenes. :) Un beso!
Y lo dejé ahí. Después de todo, no me había afectado tanto, ¿no? Yo tenía a mi propio príncipe azul, yo tenía a mi Álex. Ese que me hacía suspirar a cada paso que daba. Ese que con sólo mirarme a los ojos, conseguía que el corazón me diera un vuelco mientras suspiraba de felicidad. Ese que con una sonrisa, consiga sacar la mía. Ese que me hacía feliz a cada momento de mi vida.
Pero, pero ahora Álex no estaba a mi lado. En mis momentos de bajón. Álex no estaba desde hacía tiempo, Álex no estaba al cien por cien ahora y yo seguía sin saber qué le ocurría. Anoche me mandó un sms diciéndome que había llegado hacía un rato, pero que había estado cenando y luego terminando el trabajo y no me había podido terminar hasta ahora. Eso era raro en él. Ese no era mi Álex. No sé, a lo mejor era yo, que estaba cansada y estresada con los finales. Le contesté y se lo dije:
Álex, necesito verte. Hace días que no hablamos y parece que hace años. T echo muchísimo de menos, cuando nos vemos? Mañana??? :) tq!!
No me contestó y quise pensar que se había quedado dormido, pero algo me decía que eso no era realmente así. Y me dolía en lo más profundo del alma.
Entré en clase y me senté, recordando, decepcionada que Claudia no venía hoy. Y Ana aún no había llegado. Mientras que colocaba la mochila en el respaldo del asiento y me quitaba el abrigo, pensaba que ojalá Ana viniera hoy, si no, mis historias y yo, estaríamos solos todo el día. No soportaba estar sentada sola en clase, era un rollo. Me aburría muchísimo. Y echaba de menos a las chicas. Me senté rápido y saqué las cosas de matemáticas antes de que llegara la profesora. Eran ya las ocho pasadas y allí no había ni un cristo, es decir, ni Ana, ni Pablo, ni su compañero... Nadie. ¿Qué estaba pasando? Justo en ese momento entró la profesora, y di por hecho de que estaría más sola que nunca todo el día. El día empezaba fenomenal. Y justo cuando me estaba haciendo a la idea de que me quedaba sola durante el resto del día, apareció Pablo por la puerta. Corriendo como un loco, le faltaba el aliento. Vale, había perdido el autobus, fijo. Me empecé a reir por lo bajo. Me alegré de que estuviera él.
-Lidia, perdona, que se ha estropeado el bus y... bueno, que se ha estropeado. ¿Puedo pasar?- y terminó la frase con una sonrisa amable. La profesora sonrió e hizo un gesto, indicándole que pasara. Pablo entró rápidamente y, acto seguido se sentó en el sitio de Claudia, a mi lado.
-¿Y eso? ¿Cómo es que te sientas conmigo?- sonreí sin mucho entusiasmo. Sólo quería gastarle una broma. Pero hoy no estaba el horno para bollos, me sentía débil, será porque no había dormido en toda la noche.
- Es que Rafa no ha venido, y veo que tus queridas compis tampoco, así que tendrás que aguantarma durante seis largas y tortuosas horas-reí con muchas ganas esta vez, pero lo suficiente bajo para que la profesora no me escuchara. Durante tantos años de colegio y risas irrefrenables y sus consecuencias, había aprendido a reirme en un tono por denajo de lo normal. Pablo también rió al verme a mí y me dio una pequeña palmada en la cabeza mientras me decía "cállate, pequeña sin vergüenza". Le devolcía la palmanda en el hombro, bromeando, y le sonreí sin más. Seguidamente me puse a atender en clase. Era un tema facilito. La verdad es que al haber cursado en cuarto de la ESO las mates difíciles, este año me estaban resultando muy sencillas, a pesar de no ser mi gran especialidad. Tomé unos cuantos apuntes y luego, hice un par de ejercicios de factorización, que estaban facilísimos. A Pablo parecían costarle algo más, pero los sacó rápido también.
-Oye, Ali, ¿cuando me piensas ayudar con esto?-dijo mientras señalaba su cuaderno de matemáticas con una mueca de dolor.
-Pues cuando quieras.- pronuncié indiferente, mientras pegaba un post-it en el cuadero aclarando una cosa de la explicación.
-¿Esta tarde puedes?- dijo estas palabras de manera cuidadosa, quedándose un poco paralizado entre palabra y palabra, y luego, volvió a colocar la misma mueca que había puesto antes.
-¿Te parece bien el lunes, cuando terminemos el examen de historia?
-Vale. Terminamos el lunes con historia y empezamos con esto... ¡Vaya paliza!- y al soltar eso, puso una cara de fastidio  total.
-Venga... si ya queda nada. Un mes si acaso. ¡Es el último tirón, Pablitooooo!- exclamé más alto de lo normal y me reia escondiendome detrás de mi cuaderno, poniéndome roja como un tomate, porque me estaban mirando varios compañeros de clase, sorprendidos por mis ganas de risa a primera hora, supongo. Pablo se puso también colorado al escuchar la manera en que lo había llamado y sonrío levemente a la vez que me daba un coscorrón, sin fuera, en la nuca. Pero no dijo nada más. Ambos continuamos nuestros ejercicios, con media sonrisa y azorados como idiotas, bajo la atenta mirada de la profe.
En el momento justo que tocó la campana, Pablo se levantó de su silla y salió al pasillo con otros compañeros de clase con los de los que yo no recordaba ni sus nombres, pero yo me quedé sentada en mi sitio a esperar a que entrara el profesor de filosofía, y mientras tanto saqué mi móvil. Para mi sorpresa, tenía un sms y sí, era de Álex. De mi Álex :)
Princesitaaa:) q tal llevas el día? siento lo de esta semana, de verdad. Prometo recompensarte, te doy mi palabra :D tequiero muchísimo. PDT: yo también te echo muchísimo en falta, pequeña!!!
Consecutivamente, una sonrisa enooorme recorrió mi cara. ¿Volvía todo a su lugar? Tendría que comprobrarlo cuando lo viera, que ni siquiera sabía cuando lo vería, porque ahí no ponía nada de eso. Era increíble el poder que tenía sobre mí. Increíble. Eso no era normal, y yo lo sabía, pero sencillamente, no podía evitarlo. No podía  evitar ser feliz a su lado :)
 Cuando Pablo entró, seguido de los demás compañeros y del profesor de filosofía, guardé rápidamente el móvil en el bolsillo de mi chaqueta, antes de que el profe pudiera verlo. Pablo se volvío a sentar a mi lado y sin más, la clase empezó. Se me pasó rápida, puesto que había estado pensando en mis cosas durante toda la hora. Y mis cosas  sólo se reducen a una cosa: Álex. Bueno, y por supuesto a mis amigas. Y en el gran finde que íbamos a pasar todas juntas. Aiiiish, sólo de pensarmo me volvía loca. ¡Qué ganas!
La mañana pasó de volado. Estar sentada con Pablo fue divertido, más incluso de lo que me esperaba. Era un chico muy divertido y siempre te hacía sacar una sonrisa. El peor momento del día fue la última hora: economía. No soportaba una hora como esa. Y tenía la sensación de que no lo escuchaba nadie, y de que, cuando yo lo hacía, era la única. Era ese típico profesor que se sienta en su silla y no se levanta nada más que cuando termina la hora. Siempre serio, nunca dice nada. Por lo tanto, la hora se pasó entre papelitos con caricaturas del profesor que habíamos hecho entre Pablo y yo. Ambos aburridos como lagartos al sol. Pero, finalmente la clase terminó y salimos como locos.
Bajé con Pablo las escaleras, y una vez abajo, lo perdí de vista, así que salí corriendo yo sola hacia la para del bus. Caminé recto hasta cruzar toda la calle que ocupaba el instituto y giré en la última a la derecha, hasta la parada del bus que se encontraba al final de la avenida. Cuando me estaba aproximando, abrí mi mochila y del bolsillo pequeño saqué mis auriculares. Mientras me sentaba en los bancos de la parada, extraje el móvil del bolsillo de la chaqueta y le conecté los auriculares. Me los coloqué en la oreja y busqué una canción que me apeteciera escuchar. Abrí el reproductor y deslicé el dedo índice al azar, posteriormente lo alcé y el cursor del móvil se paró en "Nobody´s perfect" de Jessie J. Le di al play, mientras pensaba que yo sí que conocía a alguien perfecto. Y tonta de mí, me azoré al descubrirme pensándolo. A lo lejos, divisé el autobus y me levanté, buscando la tarjeta para pagar, pero justo en ese momento sentí cómo unos brazos fuertes envolvian todo mi cuerpo, mientras éste se quedaba paralizado del miedo y mi mente se quedó en blanco completamente. Primero pensé que podía ser un ladrón, así que pensé en darle dinero. Mi corazón se precipitó y sentí cómo un gritito involuntario salió por mi boca inesperadamente. Hice amago de relajarme todo lo que pude y respiré profundamente, probablemente buscando el valor que me faltaba. Y fue entonces cuando me di cuenta. Su perfueme, no era un perfume cualquiera. Me di la vuelta, con menos miedo tal vez, y fue entonces cuando descubrí su rostro sumido en una expresión entre sonrisa y confusión. Y en ese momento no supe si pegarle o besarle hasta que nuestros labios se desgastaran. Álex me arrastró lejos de la parada y me acercó a él.
-Podrías haberme matado, idota. Me has dado el susto más grande de mi vida.- susurré mientras mis ojos iban de sus ojos a sus labios incesantemente.
-Pero ahora estás más viva que nunca. Ahora estarás más atenta a las circunstancias. -sonreía mientras pronunciaba esas palabras, que me parecieron las más hermosas del mundo. Y tras decir eso, sus labios se acercaron a los míos, y me besó dulce, intenso, profundo una, dos y hasta tres veces. Y a medida que me iba besando, sentía un calor más intenso en mi interior. Poco a poco, nos fuimos separando, para evitar el escándalo público. Y en mi cara se plantó una sonrisa que preveía no quitarse jamás.
-Vamos, que te llevo a casa.
-¿ Cómo es que has venido?- pregunté feliz, agarrada de su mano. Su mano, hacía fuerza sobre la mía, como si tuviera miedo a que me perdiera de repente.
-Porque me moría por verte princesa.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Capítulo 16: Patas arriba...

-Entonces, lo entiendes, ¿no?
-Perfectamente compi.-contestó mientras reía al otro lado de la línea.-Gracias Ali, muchas gracias por explicarme esto.
-De nada Pablo. Si a mí no me importa.- contesté intentando parecer dulce. Bueno, realmente me sentía bien cuando ayudaba a alguien que lo necesitaba.
Pablo se reía nervioso, podía notarlo. Pero no sé realmente a qué venía tanto nervio, sólo le había explicado el tema de historia para el examen.
-Si te gusta tanto explicar, imagino que... que podrás explicarme también mates, ¿no? Pero no te preocupes, ya mañana o pasado.- y se reía. ¡Qué caradura! Sonreí al pensarlo. Me caía bien ese chico. Era muy simpático y agradable conmigo. Y luego, ¿cómo negarle nada a Pablo cuando te lo pide con esos ojillos verdes de corderillo degollado...? Era realmente imposible. Imposible.
-¡Qué cara dura eres!- dije sin parar de reír.- Pues la verdad es que no sé si explicarte nada más, depende de lo que yo reciba a cambio.- contesté graciosa.
-Mmmmm... ¿te sirve mi compañía? jajajajaja- pues sí que me era suficiente, pero eso no se lo dije.
-Bueno, me lo tengo que pensar.- contesté finalmente en tono simpático.
-Bueno, Ali, mañana me das la respuesta jajajaja Me voy a estudiar... ¡Bfff! No hay ganas...
-Ya. Dímelo a mí, estoy hasta arriba de examenes.- solté un bufido decepcionada.- En fin, hasta mañana.
-Hasta mañana, compi- esta vez sonó más alegre.
Los dos colgamos.
Matemáticas. No eran mi fuerte, pero tampoco andaba tan mal. Si yo lo entendía, podría explicárselo a él también. Pero la verdad es que me hubiera gustado que me hubiera pedido que le explicase inglés, que eso sí que me gusta. Y se me da bien. O incluso filosofía. Pero bueno, mates es lo que él necesitaba. Sonreí al darme cuenta de las tonterías que estaba pensando. Casi no me había dado cuenta de que ya eran las siete. Casi dos horas hablando con Pablo. ¡Guaaau!
La verdad es que había conseguido olvidarme del temita de Álex y mis paranoias, pero ahora que había dejado de estar entretenida, esas paranoias volvían a mi cabeza. Cogí el móvil para ver si tenía algún mensaje o alguna llamada perdida. Nada. En mi interior sentí un vacío increíble. ¿Pero qué me pasa? Sólo está haciendo un trabajo con sus compañeros de clase. Es algo completamente normal. Intenté tranquilizarme,pero no sirvió de mucho. Por lo que decidí encender el ordenador para ver a alguna de éstas y hablar con ellas, que hacía mucho que no hablábamos. La verdad es que era un rollazo no estar en clase con ellas. Las echaba de menos, otra vez.
A veces sentía que no tenia tiempo para dedicárselo a todas las personas a las que quiero.
Encendí el ordenador, puse la contraseña y escuché el sonidito que emitían los altavoces al encenderlo. Rápidamente abrí el icono de internet y tecleé "tuenti" Para las conversaciones largas siempre lo usaba.  Cuando apareció la gran ventana blanca y azul, encontré miles de cositas escritas en verde: 3 mensajes privados, 5 fotos en las que sales y 4 comentarios en el tablón.
¡Vaya! Sí que hacía tiempo que no entraba. Clické primero en los mensajes privados. El primero era de Claudia:
Holaaa cariii!!!! :) oye, q mñn tengo q ir al médico y no voy a clase... Te llamo a la tarde para preguntarte los deberes y eso. No me echeis mucho de menos eh? jaajajajaja Un besito, tqiero!!
Pues vaya, ahora Claudia no estaba mañana. Espero que Ana no me falle, porque sino, me quedo sola toda la mañana y odio no tener compañero de mesa.
El segundo era de Lucia:
WANTED! Por favor, es una chica, alta, morena, de ojos negros y el último día que la vimos llevaba.... mmmmm.. ni siqiera recuerdo lo q llevabas la última vez q te vi... jejejejeje Se puede saber donde te metes? qiero verteee!!!! Yaaaa!!! qedamos este finde todas juntas??? :) TEQUIERO MORENA!!
Ains, mi Lucía. La echaba muchísimo de menos. Nuestras risas, nuestros momentos tontos, nuestro gran pavo y nuestras fotos. Sí, claro que íbamos a quedar este finde :) Le contesté ráìdamente, ilusionada.
Luciaaaaaaaa, mi amooooor :) Por supuesto que qedamos este findeeee!!! :D pero todo el día enterooo además!!! q te parece salir el viernes a comer fuera por el centro, merendar fuera, ect. Y el sábado por la noche... PARTY!!! el finde completito!!^^ q ganaaanas!!! díselo a éstas petardaas!!! :) TEQUIERO MORENAA MÍAAA!!!!:D
¡Aisssh! Sólo de pensarlo me venía arriba. ¡¡¡Qué ganas de estar con mis petardaaas!!! ;) Abrí el tercer y último mensaje. Y posiblemente el más impactante. Para morirse. Lo leí y lo releí pero seguía sin comprender nada de lo que ponía en ese mensaje.
Eyyyy, Alice, qué de tiempo!!! cómo te va la vida, tiaaa!! todavía me acuerdo de lo bien q nos lo pasamos aqel día :D Bueno, a ver si nos vemos un día, no?? Un beso!!
Y me quedé sin habla durante un buen rato. No supe cómo reaccionar. Nada de nada. No sé si me sentó bien o mal. Claro que me acuerdo de aquél día, el día que conocí a David. Fue en mayo del año pasado. Habíamos ido con el instituto a una especie de feria de muestras pero de ciencias en las que nosotros éramos los "científicos" qué explicábamos nuestros experimentos. Fuismos sólo tres de mi clase. Yo iba con Elisa. Y allí en nuestro mismo stand había dos institutos más. Y David pertenecía a uno de ellos. Al principio no hablamos, pero coincidimos en nuestras explicaciones. Bueno, yo que soy muy sociable y hablaba con todo el mundo, no sé decir bien. El caso es que acabamos hablando todo el tiempo, el me buscaba para sentarse conmigo a explicar- o más bien a ver cómo yo explicaba- y yo lo buscaba a él cuando podía. Al principio no me daba cuenta, simplemente me caía bien. Pero en una de esas idas y venidas Eli me cogió por los hombros y me dijo: "vaya manera de tirarte la caña tiene este tío" Y yo, por supuesto pensé que eso era imposible. Entonces ella me soltó un : "tú observa con atención". Y eso hice. Lo observé y me di cuenta. Me di cuenta de que me buscaba, y de que, sin querer yo también lo buscaba. Y de que, a veces, sentía el impulso de abrazarlo fuerte. Y de que me gustaba su compañía. Y Elisa no fue la única que lo notó. Sus amigos también lo notaron. Pero creo que no nos importó. Porque seguimos dándole vueltas a la perdiz durante todo el día. Al final del día, nos despedimos con un "a ver si nos vemos" y dos besos. Cuando llegué a casa, ya tenia una petición de amistad de algunos de ellos en tuenti, pero de él no. Decidí esperar a ver si me agregaba él. Cuando llegué al día siguiente por la tarde, después de haber estado en el stand, si él, ya tenía su petición de amistad. Estaba emocionada. Miré sus fotos y sus comentarios. Y entonces, me desilusioné: tenía novia. Mi mundo se vino abajo. ¿Por qué había jugado conmigo? Y ¿por qué me seguía hablando por tuenti los días siguientes? Y ahora que lo olvidaba y que todo me iba bien, ¿a qué venía eso?
Hola! Pues me va bien. Sí que nos lo pasamos bien :) jejeje Cómo te va? Un besito!!
Le contesté seca, por supuesto. Pero no conseguía resistirme a no contestar. ¿Qué me pasaba? Todo era tan extraño... Mi mundo volvía a ponerse patas arriba...

lunes, 31 de octubre de 2011

Capítulo 15: Paranoias y nerviosismo.

Álex me había mandado un sms en respuesta a los pocos segundos de entrar en el bus. Encontré un asiento en las últimas filas, me senté. Coloqué mi mochila encima de las piernas y saqué mi móvil de nuevo. Lo miré. Era horrible. Pronto lo cambiaría por uno nuevo, con internet, para poder whatsAppear con mis amigas. Finalmente lo desbloqueé y abrí el nuevo mensaje. Y loca de contenta fui a leerlo esperando ver escrito el nombre de Álex en el remitente. No sabeis cuál fue mi sorpresa cuando en el remitente no ponía su nombre, sino, un número desconocido para mí, que me ponía lo siguiente en el cuerpo del mensaje:
Pestosaaa :D has llegado ya a casa?? Seguro q te has qedado dormida en el bus, tontii!xD Un beso guapísima!
Vale. Estaba claro que ese no era Álex, y por otro lado, me dejaba claro que era Pablo. Pero no tenía ningún sentido que fuera él. Ni siquiera le había dado mi número. ¿Quién lo habría hecho? Finalmente, le contesté sin más demora.
Eyy, piojoso, qien te ha chivado que me he qedado frita?xDD #graciosillaOn No, no he llegad aún!:S oye, qien te ha dado mi número?xDD Un beso:)
Al enviarlo, reposé mi espalda en el asiento y tumbé mi cabeza hacia atrás. Me iba a explotar. Y me quedé aqí, pensando en Pablo, en lo extraño de la situación durante todo el día,  y él mensaje. Era, cuanto menos, raro. Y, por otro lado, Álex seguía sin dar señales de vida. No me contestaba al sms, y eso me estaba molestando.
Intenté pensar en cosas normales. Como que estaba en clase, estudiando o que no se había enterado. Pero de pronto, unas imágenes de unas tipas feas y provocativas, tipas universitarias que se besaban con Álex, asaltaban en mis pensamientos. Y realmente no sé por qué me vinieron de pronto estas inseguridades. Álex no me daba motivos. Pero yo era así, siempre me ponía en lo peor.Como consecuencia, me puse nerviosa y empecé a darle toques. Uno. Dos. Y hasta tres toques seguidos le di. Hasta que, al cabo de cinco minutos volvía a escuchar el sonido de mi móvil. Era un mensaje. Crucé los dedos para que fuera de Álex esta vez. Saqué el móvil y lo desbloqueé. Abrí el mensaje. Era de Pablo. Y de nuevo las imagenes de chicas explosivas que se besaban con Álex asaltaron mi mente.
Bueno, digamos q soy adivino ;) y por eso tngo tu numero y además, sé q te qedaste dormida!!xDD avísame cuand llegues no? qiero preguntarte 1cosa del examen de historia! Un beso enorme!
Le di un toque en señal de que lo había recibido y volvía a apoyar mi cabeza en el asiento con un gesto de pesadumbrez. Sinceramente, estaba preocupada por Álex. Ahora él ocupaba todos mis pensamientos, y tenía miedo de que todos los momentos que me dedicaba cada día se desvanecieran de pronto en un abismo oscuro. Tenía miedo. De algún modo presentía que algo no iba bien. Lo presentía.
Pulsé el botón de "Stop" y el autobús paró en la parada sieguiente y me bajé allí. Donde volví a cojer otro bús, y con éste, el último. Me senté, esta vez en uno de los asientos de delante, junto con un chico de mi edad. Era alto, moreno, y cejijunto. Llevaba unos cascos en las orejas y parecía escuchar música. Me senté a su lado, pero él ni siquiera me miró. Siguió leyendo unos papeles que parecían de física. No sé cómo podía estudiar y escuchar música a la vez. Busqué en el bolsillo pequeño de mi mochila y busqué los cascos. Escucharía música, a ver si así se me pasaba el dolor de cabeza. Abrí el reproductor de mi MP3 rosa y busqué en mi lista de reproducción una que me apeteciera escuchar. Y de pronto apareció ante mis ojos "Miedo" de Pablo Alborán. Y le di al play. Parece una estupidez, pero a veces parece que las canciones salen a nuestro encuentro cuando más las necesitas. Esa canción expresaba justo lo que sentía ahora. Miedo. Miedo de querer a Álex y que él ya no quiera volver a verme. De que justo cuando le he dicho que lo quiero, desaparezca de mi vida sin dar explicaciones, como la última vez.
"Y es que tengo mieeedo, miedo de quererte y que no quieras volver a verme..."
Me concentré en escuchar su voz, su majestuosa voz, y me limité a tararearla en mi interior. Y cuando más entusiasmada estaba con la música, escuché el sonido de un mensaje en mi mi móvil. Lo tenía en el bolsillo del pantalón. Lo saqué y leí:
Lo siento princesa, tenía el mvl en casa y acabo de llegar. Esta tarde? Uhmmm, creo q no puedo, tngo q hacer un trabajo con ls de clase. Te llamo luego, vale?? :D Qué pases buena tarde!^^ Te quiero mi amor!:)
Un suspiro de alivio salió expulsado por mi boca. Se lo había dejado en casa. Entonces, ¿por qué mi corazón seguía acelerado? No me convencía. Un trabajo. Nunca hasta ahora me había hablado de ese trabajo. Intenté tranquilizarme y olvidar todas esas paranoias que me estaban agobiando. Eran absurdas. Álex no me podía hacer eso que yo pensaba. O al menos, eso espero...
Finalmen, llegué a casa y me tumbé en el sofá. No había nadie. Mis padres estaban trabajando y mis hermanos también. No habría nadie hasta las diez. Sola para estudiar y repasar para el examen. Pues qué bien. Con este cacao no me iba a enterar de nada.
Me quedé frita en el sofá, y cuando me levanté sentí cómo me crujía el estómago. No había ni siquiera comido. Fui a la cocina y me puse el plato de comida en el microondas. Arroz. Pues tampoco es que fuera a comer mucho. Miré el reloj que coronaba la pared principal de la habitación y me sorprendí al comprobar que ya eran más de las cinco. A saber cuánto había dormido. Comí  a toda prisa, y mientras lo hacía, recordé que Pablo me había pedido que lo avisara. Se me ocurrió llamarlo a casa, pero no tenía su número. Así que cuando terminé de comer, le mandé un sms dándole el mío de casa para que me llamara y me preguntara lo que fuese.
No me contestó, y tampoco me llamó. Ya eran más de y media. Me senté en el sofá, encendía la tele y zappeé hasta que el teléfono sonó estruendósamente, asustándome.
-¿Sí?- dije asustada.
-Soy Pablo, ¿está Alicia?- su voz sonaba nerviosa, sentí cómo se le entrecortaba la respiración.Sonreí al imaginármelo.
-Sí, soy yo Pablo, ¿qué te pasaba?-dije dulce.

lunes, 17 de octubre de 2011

´Capítulo 14: Un día divertido.

Martes.´Martes lluvioso. Martes animado. Martes feliz gracias a él. A Álex. La tarde del lunes fue maravillosa. Sí, ¿quien me lo hubiera dicho por la mañana cuando decía que odiaba los lunes? Si todos los lunes fueran así, los amaría más que los sábados xD
Ayer conseguí decírselo. Conseguí decirle ese "te quiero" que llevaba días esperando salir. Y ahora me sentía ligera y feliz, como si esa pesadez en mi gargante y en mis pensamientos hubiera desaparecido. Lo quería y se lo había dicho, ya está.:)
Y para que este martes fuera mejor ( si cabe) mi madre me traía en coche, por hoy me olvido de autobuses. ¡Yuhuu!
-Te veo muy feliz, neni.- me dijo mi madre sonriendo a ver la felicidad marcada en mi cara risueña.
-Es que soy feliz, mamá. ¿Por qué no iba a serlo?- dije feliz mostrándole mi mejor sonrisa. Ella no sabía nada de Álex, al menos yo no se lo había contado. No por el momento, era pronto. Prontísimo. Aunque, de un modo u otro, sé que ella lo sabe. En lo más profundo de su ser, reconoce el motivo de tanta felicidad, y creo que le da miedo reconocerlo, pero que se alegra también.
-No sé, estás más de lo normal. Pero me alegra verte así, cariño. ¿Se debe a algún motivo en especial?- dijo pícara. Sonreí y contesté intentando no ruborizarme.
-Mmmmm... ¿a qué motivo te refieres, mamá?-tardé lo mío en contestar y como era de esperar, me ruboricé. Mucho. Me puse de los nervios y las manos me sudaban. Y ella se dio cuenta de ello, siempre me estaba riñendo para que aprendiera a controlar mis nervios porque, según ella, tendría problemas con ellos en un futuro. No era capaz de concentrarme en los examenes debido a ellos, y ella lo era consciente.
-No sé, dímelo tú.- ahora si que no sabía que decir. Y busqué y busqué en mi mente algo que pudiera decirle, pero nada era util. Ella ya lo sabía. Y nunca antes había agradecido tanto que la puerta del instituto estuviera ante mis ojos y que tuviera que entrar. Sonó el timbre en ese momento y recordé aquello de "salvados por la campana" ¡Qué razón guardaba esa frase!
-Mamá, llego tarde. Me voy corriendo. Adiós.- le di un beso en la mejilla y salí corriendo.
Cuando llegué a clase habían llegado todos. Hoy, había venido Ana. Estabamos las tres. ¡Qué bien! :)
Me senté en la mesa del centro, entre Ana y Claudia, como siempre y fui sacando los apuntes de lengua y el estuche.
-Ana, ¿qué te pasó ayer?- pregunté sin darle mucha importancia a la pregunta.
-No, nada, que tuve que ir al médico a sacarme sangre.
-Ah, bien. Odio las agujas.-dije mientras reía.
-Yo también, lo paso fatal...-dijo poniendo pucheritos. Entonces Claudia y yo empezamos a reir al unísono.Y ella se unió a nuestras risas.
En ese momento sentí como algo tiraba de mi pelo recogido en una coleta alta. Miré hacia atrás y descubrí que era Pablo, desde su mesa que me tiraba del pelo con una sonrisa en los labios.
-Ehhhh... ¿tan temprano y ya con bromitas?-y seguí riendo.
-¡Hay que empezar con buen pie la mañana, Pablito!- y seguí sonriendo. Creo que no le gusta que le digan Pablito, peroa mí me hacía gracia y él no me decía nada, pero entonces, su compañero Rafa empezó a bromear al respecto.
-Pablito, venga, ponte a hacer los deberes, ¡que no los has hecho!¡Vaya ejemplo de compañero tengo!-dijo mientras se reía se su comprañero amigablemente. Éste, le dio un porrazo en la cabeza, bromeando. Me hacían mucha gracia y no paraba de reír.
-Y tú, lo mismo,¡ a estudiar!-me dijo Rafa. Era un chico simpático este Rafa. Me caía bien desde el principio.
La clase de lengua pasó divertida. El profe era gracioso y hacía bromas para que no nos aburrieramos tanto a primera hora. Me caia muy bien, y además explicaba que daba gusto. Después, inglés, mi punto fuerte así que con eso no me aburría. Y la mañana se pasó así, riéndome con Claudia, Ana, Rafa y Pablo. Era curioso cómo había hecho lazos tan fuerte con aquellas chicas a las que apenas conocía. Les conté lo de Álex, por supuesto.
-Ohhhhhh... dame su número y que me presente a sus amigos, a ver si hay uno que se le parezca- dijo Ana riéndo. Yo reí también. Jajajaja Como Álex no hay dos. Pero no dije nada.
-¿Qué dices, guapa? Su amigo será para mí,¿no, Ali?. dijo Claudia mientras me lanzaba miradas graciosas, como si fuera un gatito. No pude más que reirme como una descosida.
-Bueeeno... como os quiero tanto a las dos, uno para cada una.- y entonces me acordé de aquel chico del cine, el que le gustaba a Elisa, y recordé que su seguía teniendo ese vacío en mi mente y que seguía si recordar su nombre. Era realmente curioso. Sonreí al recordarlo.
La clase de economía puso el broche final a la jornada y salí de clase con las chicas. Al instante, Pablo se unió a nuestra conversación mientras que me pidió que me esperaba, que hoy tenía que ir a comer a casa de sus tíos y que le cogía de camino irse conmigo hasta la parada del bus. Era un chico realmente encantador, y guapo. De alguna manera, se me parecía a Álex. Fue entonces, cuando me di cuenta de que todo me recordaba a él. Había pasado de ser un capítulo más en mi vida, una página rota y sin recomponer a ser muchas páginas de mi presente. Había conseguido olvidarlo, y ahora que me había reconquistado, ocupaba todos mis pensamientos. Me daba miedo que fuera así, pero no podía dejar de sentirme feliz. Lo echaba de menos. Y esta tarde no podría verle, porque tenía que estudiar de historia.
-Ey, pestosilla- me dijo Pablo alegremente, sacándome de mi ensimismamiento. Me hizo sonreir.-te veo pensativa, ¿qué te pasa? No será por lo de economía, ¿no?
-¿Qué es eso de pestosilla? ¿Eh? ¿Insinuas que no huelo bien?- y empecé a reirme y a hacerle burlas con la boca. A él pareció hacerle gracia porque reía como un estúpido.
-Uff, fatal, tia... jajajajaja.
-No, no es economía lo que me preocupe, aunque también. No me gusta, me aburre y no me entero de nada.
-¿Qué es lo que no entiendes? Puedo explicártelo si quieres. Para algo que entiendo...-sonreí y asentí.
-Sí, puedes explicármelo un día. Cuando terminemos con historia, ¿no?
-Claro, nena.-dijo poniendo voces masculinas, de esas voces peliculeras, haciéndome reir aún más.
Ya casi habíamos llegado a la parada del bus.
-Bueno, Pablito...-dije con retintín mientras sonreía- ¿qué tenemos mañana a primera?
-Uhmmm...¡ no me acuerdo!-y se rió mientras me hacía cosquillas por todos lados sin parar. Supuse que en señal de falsa molestia por lo de "Pablito". Yo reía como las locas. No soportaba las cosquillas. Desde siempre me entraba ese ataque de risa contagioso.
-¡Para, para!-dije jadeando de la risa-¡Por favor!- y poco a poco dejó de hacerme cosquillas, al mismo tiempo, la risa iba cesando.- Pues vaya compañero que me he buscado, ¡no se sabe ni el horario!- y volvía a reír a carcajadas.
-Le dijo la sartén al cazo...- dijo sonriente.
-Bueno, Pablito- dije mientras enfatizaba la última palabra- que me quedo ya aquí, nos vemos mañana, ¿eh?
-¡Ok, nena!¡Hasta mañana!- me dijo adiós con la mano y siguió caminando hacia adelante, hasta casa de sus tíos.
Me senté en los banquitos de la parada y busqué mi móvil en la mochila. Lo desbloqueé, abrí los mensajes y puse el nombre de la persona a la que se lo iba a enviar.
Para: Álex
Hola!! Q tal el dia? Yo estoy esperando el bus. Hablamos luego? Tequiero:)

domingo, 2 de octubre de 2011

Capítulo 13: Aiiins...

El cláxon del coche de Álex sonó tan fuerte como un trueno en plena madrugada. Me sobresaltó. Rápidamente me levanté, cogí mi bolso y salí de casa cerrando la puerta con llave. Salí por el portal con una sonrisa enorme mientras lo miraba feliz. Él parecía tener la misma expresión dibujada en su cara. Me miraba absorto mientras pasaba por delante de él para subirme al coche. Abrí la puerta, veloz y entré.
-¡Holaaaaa! ¿Adónde vamos? ¿Adonde vamos?-dije poniendo mi mejor voz de niña pequeña. Él se limitó a mirarme a los ojos mientras sonreía. Y tranquilamente se acercó a mí y me acarició los labios con los suyos mientras rozaba mi pelo con las manos.
-Es un secreto- dijo de pronto, feliz- Pero es una tontería, a lo mejor, no te gusta...-esta vez, sonó desilusionado.
-¿Cómo no me va a gustar? Aunque me llevaras a un basurero sería perfecto, estás tú...- me puse roja como un tomate. Debió ser la emoción del momento, porque yo no acostumbraba a decir este tipo de estupideces románticas, eso se lo dejaba a él. Pero lo dije. Y él, sin dejar de mirarme se rio a carcajadas y luego, me volvió a besar. Y me encantaba que lo hiciera, porque podría pasarme horas besándolo. Era tan maravillo estar con él... No era ninguna mentira lo del basurero. Y sin decir nada más, arrancó.
-¿Qué tal el día en clase?- preguntó sin más.
-Bueno, bien. Demasiado laargo, extremadamente. Pero bien, ya tengo algunos amigos con los que me llevo bien, se portan fenomenal conmigo- dije sin prestar demasiada atención a lo que decía. Estaba ansiosa por averiguar adónde me llevaba.
-Qué menos para una princesa- y rió.Y yo sonreí también. Después de todo me gustaba que me llamara así "princesa". Quedaba tan bien en sus labios que parecía que lo hubiera estado haciendo toda la vida.
Y con esas palabras me eché hacia atrás en el asiento e intenté relajarme mientras aspiraba el aire fresco de esa tarde. No quise imaginar hacia donde me llevaba así que decidí cerrar los ojos y esperar. Y así me llevé por lo menos un cuarto de hora hasta que sentí como el coche empezaba a parar y seguir continuamente debido al tráfico. Deduje que estabamos entrando en el centro o así, así que abrí los ojos para comprobarlo. Efectivamente estábamos en el Prado, y Álex se disponía a aparcar en algún sitio que hubiera libre. No decía nada, y en su cara se mostraba una expresión extraña que fui incapaz de interpretar. Decidí dejarlo pasar, no me apetecía estropear el momento.
Salimos del coche. Álex fue corriendo a encontrarse conmigo y esta vez llevaba su enorme sonrisa. Esa que taaanto me gustaba y que me hacía enloquecer :)
-¿Tienes alguna idea de adonde te llevo?- dijo sonriente.
-Pues no te creas...- pero no era del todo cierto. Me hacía mis ideas sin querer. Giralda, por ejemplo. O algún rinconcito romántico del barrio Santa Cruz, pero prefería callármelo y no arruinar la sorpresa. Me gustaba verlo así de entusiasmado. Qué mono estaba así :)
Recorrimos el trayecto en un romántico paseo agarrados de la mano. Hablando de cosas sin importancia, pero que me hacían tan feliz. Cuando Álex se paró y miré al frente descubrí la Plaza de España y enloquecí. No se me había pasado por la cabeza que me fuera a llevar allí. Era tan hermosa. Para mí, no había un lugar más bonito en toda Sevilla, ni siquiera en el mundo más mágico que aquel. Adoraba ese lugar.
-Álex, ¡me encanta esto! ¡Me encantaa!-dije loca de contenta. Él no podía parar de sonreir, orgulloso de su idea.
-Pues espera a ver el resto, ¡que todavía no sabes adonde vamos, princesa!
-¿Cómo? ¿Que no venimos a la Plaza de España?
-Shhh. Espera y verás...- me contestó dulcemente.
Nos adentramos por el sendero verde del parque María Luisa hasta llegar a la plaza. Álex me pidió que me quedara sentada en un banco un par de minutos mientras él iba a no se qué cosa. Qué raro resultaba todo aquello. No sé lo que hizo, pero volvió rapidamente con una enorme sonrisa en su boca y una repentina felicidad que creí que le iba a desbordar en unos instantes. Sonreí yo también muerta de curiosidad.
-Vamos, venga, que nos están esperando- dijo de pronto, y me agarró la mano mientras tiraba de mí hacia el canal de la plaza.
En el canal había unas cuantas barcas que reposaban en las aguas de la plaza. Solo una estaba habitada. Un hombre de unos cincuenta años nos sonrió cálidamente. Dentro de la barca había también un par de cojines rojos.
-¿De verdad vamos a subir en una?- dije emocionadísima. Me encantaba. Todo era super extraño. El canal estaba solo, no había ni una sola barca en movimiento, y la nuestra estaba adornada como si fuera una auténtica góndola y esa era muy extraño. Las barcas de aquí, no tenían ninguna de esas comodidades. No sé cómo lo hizo, pero me había conseguido sorprender enormemente.
-Claro, ¿es que no quieres?-bromeó. Y yo le di un pequeño golpe en el brazo mientras sonreíamos, cómplices.
Álex subió a la barca y se acomodó como pudo para encontrar el equilibrio y no caerse. Mientras, yo buscaba la forma se entrar a la improvisada góndola, con el miedo a caerme. Entonces, dos hermosas manos me tendieron toda su fuerza y apoyo. Ains, Álex. Suspiré y luego sonrerí. Lo miré a los ojos y le di las gracias mientras me apoyaba en  sus manos lo más fuerte que pude para no caerme. Luego, me senté a su lado mientras me acurrucaba contra su cuerpo. Hacía fresco allí abajo, pero no era el frío lo que me incitó a abrazarme a él, si no la felicidad que me embargaba en esos instantes. Y esos ojos verdes que me cautivaban cada día más. ¿Era eso posible? ¿Es que estaba empezando a enamorarme, otra vez? No lo quise pensar, así que me limité a mirarlo. A él, al paisaje, y a él otra vez. Era tan maravilloso estar allí...
-Gracias, Álex. Me encanta estar aquí, contigo. Es maravilloso. No sé cómo lo has hecho, pero esto es simplemente perfecto.- quise pronunciar esas dos palabras que me rondaban por la mente desde hacía días y que rozaban el filo de mis labios sin llegar a salir completamete. Me empezarian a ahogar si no  lo decía pronto, pero las reprimí un poco más. Álex me miró feliz, sin saber cómo reaccionar.
Me miraba, me miraba mucho. No podíamos dejar de mirarnos. Y de pronto, sentí un irreflenable deseo de besarlo. Busqué sus labios en la casi oscuridad de la ya empezada noche. Los busqué primero con los ojos, y los seguí con mis labios. A tientas, me acerqué a su boca, intentando no moverme en aquel momento con el zarandeo de la barca. Y de pronto lo besé, lo besé laaargo rato. Y noté cómo su lengua buscaba la mía. Y no quería parar. Nunca. Me gustaría quedarme así siempre, pero el paseo solo duró unos minutos más.
Al bajar de la barca, Álex me cogió de la mano y caminamos juntos hasta el coche. Locos. Felices. Enamorados...
El camino se hizo cortísimo y en silencio. De vez en cuando Álex me miraba mientras me acariciaba la pierna izquierda. Y me sentía realmente feliz.
De repente, el coche paró en seco, volviéndome a la realidad. Álex me miró a los ojos y me volvió a besar. Y me sentí pequeñita, completamente embriagada por el olor de su boca, de su piel, de su ropa. Y sentí el deseo de no separarme nunca de él, ni siquiera esa noche, que me hubiera gustado pasar junto a él. Dormir junto a él. Escuchar el sonido  de su respiración y despertar a su lado mientras un olor a café nos despertaba por la mañana. Pero eso era correr demasiado. Mejor me quedaba con la ilusión y el deseo.
Álex me miró, y se quedó pensativo de pronto.
-No quiero que te vayas todavía- dijo- quiero quedarme contigo un rato más.- y yo también lo necesitaba, pero no podía. Tenía instituto, y era tarde. Seguro que mi madre se enfadaría. Suspiré de coraje y apoyé mi cabeza en su pecho.
-No puedo. No puedo- dije mientras suspiraba. Y después. sentí un vacío enorme en mi interior. Quería quedarme con él. Allí. Acurrucados los dos.
Y nos quedamos así un ratito más, hasta que, esas dos palabras no pudieron soportar ni un minuto más y salieron deliberadamente sin que yo les diera permiso para pasar.
-Te quiero, Álex.  Te quiero mucho.
Álex sonrió y me besó. Y me volvió a besar y después dijo:
-Seguro que no más que yo, princesa.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Capítulo 12: Misterioso.

Iba en el autobús, camino del instituto. Había llegado tarde, así que iba de pie, como siempre. Era realmente dificil coger asiento en el bus por la mañana temprano. El balancelo del vehículo me hacía molestar a la gente con la mochila que llevaba colgada a la espalda, así que me la colgué de un asa para que dejara de molestar.
A mi lado había una señora de mediana edad que acudía a trabajar, y ya iba pegada a su Iphone. Un poco más allá, se encontraba sentado un hombre trajeado con un maletín sobre sus rodillas, y justo a su lado, una anciana que me miraba descaradamente en busca de algo que no sé lo que es, sinceramente. Debía mirar las marcadas ojeras moradas que decoraban mi cara esta mañana. No lo sé, pero me molestó. Odio que me miren, pero no acostumbro a maquillarme para ir al instituto. Solo un poco de antiojeras, pero hoy no me había dado tiempo. Y no había dormido nada, por lo cual, tenía el doble.
Dos asientos más adelante, había una madre con su hijo que lloraba como si el mundo se acabara mañana. Y me estaba molestando muchísimo. Su llanto empezaba a retumbarme por los oídos como si fuera un trueno. ¡Uffff! Yo, es que, definitivamente odio los lunes. No hay un día peor en toda la semana. Además, el temita de Álex me rondaba por la cabeza desde por la mañana temprano. No se por qué, pero había algo que me inquietaba en todo esto. Seguía sin comprender esa actitud tan cariñosa y delicada conmigo, no era propio de él. Además, empezaba a molestarme tanto mimo. Pues si que odiaba los lunes sí, ya no sé ni lo que digo...
Pero es verdad que no me gustaba esa actitud suya. Me empalaga. Pero viniendo de él, me gusta. Y es absurdo, y además, soy consciente de que lo es. ¿Lo ves? Un lío que te cagas.
Me puse los cascos para escuchar la radio mientras llegaba al instituto y estuve recordando el finde. La verdad es que parecía que llevaba de finde un mes. Qué largo se me había hecho...
El viernes y el sábado fueron sobre ruedas, pero el domingo cargué todo lo que no hice en el resto del finde, es decir, me harté a hacer deberes y a estudiar. Ni siquiera salí a dar una vuelta. Tampoco hablé con Álex ni con mis amigas, y eso me agobiaba. Ahora otra semana más sin verlas. El finde que viene pasaré más tiempo con ellas, lo juro. Me lo juro a mí misma. No quiero pasar tanto tiempo con Álex, no me gusta pasar tanto tiempo con mi pareja, que después me termino cansando...
El bus se paró en seco. Era mi parada, y me había despistado con tanta tontería, así que esquivé a la gente como pude y salí pitando por la puerta de atrás y me bajé. Caminé unos diez minutos hasta que llegué al instituto. Esta vez no me molesté en desayunar: no tenía ni tiempo ni hambre. El viaje en autobus me había mareado, así que me limité a entrar por la puerta y subir las escaleras hasta la segunda planta rápidamente. Cuando llegué, me senté en mi sitio de siempre y me eché mi cabeza encima de la mesa mientras llegaban Ana y Claudia.
-¡Holaaaa!- era una voz masculina. Me resultó familiar, pero no me molesté en levantar mi cabeza. Pero casi me obligaron a hacerlo, porque algún maldito idiota me dio un pescozón en la cabeza.Estupendo. ¡Ahora sí que me dolía la cabezaaaaa! Levanté mi dolorida cabeza y miré a la persona que me había dado. Era Pablo. Sí, el guapo de Pablo. Me apetecía ser borde, pero sabía que no lo merecía y que no lo había hecho con otra intención que agradar-Eyy... vaya forma de dar los buenos días, ¿eh?- le dije mientras sonreía vagamente.
-¡Hay que estar espabilados, dormilona!-dijo mientras me revolvía mi pelo suelto- Has tenido un finde movidito, ¿no?-dijo de forma irónica mientras se sentaba en la mesa de detrás mía. Pues no se imaginaba este lo movidito que había sido mi finde, pero no dije nada, me limité a sonreir. En ese momento entró Claudia en clase y la saludé con la mano mientras iba avanzando por el pasillo hasta llegar a su sitio al lado mía. Estaba igual o peor que yo. Pues vaya un lunes que me esperaba...
-¿Otra que ha tenido un finde movidito? Joder como están las niñas...-dijo mientras reía como un loco. Realmente envidiaba su humor de un lunes por la mañana. Claudia se sentó en la silla, le pegó a Pablo en el brazo y apoyó su cara en la palma de sus manos sin decir nada más. Era extraño que Ana no hubiera llegado aún, la verdad. Casi siempre llegaba a tiempo, pero el profesor de lengua ya estaba entrando por la puerta y ella aún no había aparecido. Eso es que ya no venía. A saber lo que le pasaba. Se lo dije a Claudia.
-Pues seguro que está resacosa como nosotras, vete a saber. El sabado estuvimos haciendo bote hasta tarde, imagino que estará acostada, la muy vaga...-dijo medio sonriendo
-Seguro-dije poco convencida para luego ponerme a mirar al profe a ver lo que hacía.
A la hora del recreo salí con Claudia al patio y nos sentamos en un banco a esperar a que llegaran las demás. Claudia sacó su bocadillo y empezó a mordisquearlo, de mientras, yo le daba grades bocados a mi manzana roja sin ningún entusiasmo.
-¿Qué tal el finde?- dijo Claudia con el mismo entusiasmo con el que yo le daba los mordiscos a mi manzana.
-Bien, creo. Estoy...creo... creo que tengo novio.- dije en el mismo tono absurdo. Sin interés.
-¿Cómo? Esto se cuenta antes...-dijo ella super emocionada. Hasta más que yo diría. Pero es que yo estaba tan confundida con esta relación... que no tenía ni interés. Bueno, no era eso exctamente, claro. Pero me superaba.
-Ya. Es que no sabía cómo abordar el tema. Además, tenía pensado dejar el tema de lado aunque fuera por un momento. Me estoy volviendo loca. No entiendo nada.-dije algo triste.
-Explicame eso de que no entiendes nada.
-Pues eso, que este chico, Álex, es mi ex, ¿vale?- y este fue el comienzo de la historia que le conté a Claudia durante el recreo y prosiguió en clase a través de notitas en folios enteros. Ella me había dicho lo que yo ya sabía: que no eran más que miedos e imaginaciones mías. De todas formas tenía pensado dejar que el tiempo pasara y esperar a ver lo que se cocía. Al llegar a casa, me cambié de ropa y entré en tuenti antes de comer. Tenía tres comentarios, dos fotos etiquetadas y un mensaje privado. Primero abrí el mensaje, esperando encontrar algo de mis amigas, pero no era de ellas, si no de Álex.
Hola princesa!!! :D qué tal el día?? Espero que bien y que te estés acordando de mí tanto como yo de tí :) I miss U^^ Te quiero:)
Pues estamos jodidos. Ya estoy mirando la pantalla como una imbécil. Es que es tan mono... Y me había dicho que me quería :) No sé por qué se me vino a la cabeza una canción de Alejandro Sanzs en la que decía "Qué fácil es decir te quiero cuando estamos solos... Lo dificil es decirlo cuando escuchan todos..."
¿Me diría también Álex que me quería delante de sus amigos? Seguro que no. Y seguro que no sería tan cariñoso conmigo. Bueno, es lo normal. Yo tampoco. No me gusta ser demasiado empalagosa en público. ¡Uff! Yo sola me estaba contradiciendo. Esto era una locura...Mejor no pensar.
He pensado en tí todo el tiempo. Todas esas 6 horas :) El día? Muy laaargo, la verdad!! xD I miss you so much! teeQ!
Cuando terminé de comer me concentré en mis deberes y cuando terminé me puse a ver la tele. En ese mismo momento sonó mi móvil. Miré la pantalla para comprobar quién era. Álex, era Álex :D Descolgué inmediatamente.
-¡Holaaa!- dije efsivamente.
-Hola princesa. Pareces muy feliz.
-Bueno, ahora soy feliz.
-Ah, ¿si? Y eso, ¿por qué?
-Ummm... es posible que sea porque esté hablando con una persona especial...-dije mientras me reia como una tonta. El se rió también.
-Ali, ¿tienes algo que hacer ahora?
-Pues no, acabo de terminar los deberes.
-Pues me paso a recojerte dentro de diez minutos.
-¿A recojerme? ¿Para qué? ¿Adonde vamos a ir?
-Eso no te lo voy a decir, mi amor-sonaba misterioso, animado... ¿enamorado? Ojalá, porque lo estaba empezando a dar todo de mí, de mi corazón, de mi tiempo y de mi alma. Estaba empezando a encandilarme su mirada como aquella vez...
-Te recojo en diez minutos, no tardes.- y colgó. Así, sin más.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Leedlo, es solo un minuto :D

¡Hola! Solo quería pediros un nuevo favor, sé que no lo voy a conseguir, pero no quiero rendirme tan pronto, sin ni siquiera haberlo intentado, porque el que no arriesga, tampoco gana. En fin, solo quería deciros que, entrarais en http://www.bookad.co/profiles/blogs/donde-los-sue-os-se-hacen-realidad y votarais por la historia de Alicia Caravante dándole al me gusta!! Yo creo que os gusta, ¿no? jejeje Aunque seamos poquitos podemos intentarlo, verdad? El premio, como ya sabeis es la publicación del blog en formato papel, y ese sería mi sueño. :D A cambio os recompensaré con buenos capítulos :) Gracias por todo gentee :D
Ahh, otra cosa que se me olvidaba: podeis votar por la historia de Ali y de Álex en el apartado de la izquierda donde pone "hagan sus apuestas..." es muy sencillo, ni un segundo se tarda y me gustaría conocer vuestras opiniones. Vosotros sois los que conseguis que esto vaya creciendo :)

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Capítulo 11: Soñando despierta...

Cuando llegué a casa mi madre me esperaba con la luz de la lamparita pequeña encendida y despierta. Parecía enfadada. Eran más de las tres de la mañana y casi no me había dado cuenta. Con Álex el tiempo pasaba volando.
-Hola-dije bajito para que no se despertara nadie.
-¿Hola me vas a decir?¿Dónde has estado?-estaba muy enfadada, la leche. Lo mismo había escuchado el coche de Álex y me había visto... No puede ser, me castigaba para lo que me quedaba de vida ¡FIJO! Joder... ¡a mentir se ha dicho! Con lo mal que se me da y lo bien que me conoce...
-Pues con mis amigas, es temprano y es Sábado, mamá.
-¿Sábado? ¿Podrías avisar no?-hoy todo eran preguntas, lo hacía siempre que se enfadaba conmigo. Una detrás de otra, sabía que odiaba las preguntas.
Me metí a mi habitación lo más rápido que pude evitando la reprimenda, ya la escucharía mañana. Hoy estaba tan feliz que no quería estropearlo todo por una estupidez. Me quité la ropa y la puse encima de la sillita rosa de mi habitación, luego me puse el pijama y me fui al cuarto de baño a desmaquillarme y a lavarme los dientes. Cuando terminé me fui a la cama con una enorme sonrisa en mi cara y empecé a rememorar todo lo ocurrido desde que ví a Álex. El rico helado que nos comimos las risas en el pub, las caricias en el sofá del pub... Ains, qué bien me lo pasaba con Álex. Entonces, ¿por qué sentía continuamente que no lo estaba haciendo bien? Puede que estuviera yendo demasiado rápido pero es que Álex no era un cualquiera, Álex era mi ex, ya lo conocía de sobra y necesitaba hacerlo, necesitaba besarlo. Así que cuando me cogió de la cintura y tiró de mí hacia sí, sentí un enoooorme cosquilleo en mi estómago haciéndome sentir como en las nubes. Sonreía todo el tiempo esperando el momento en que sus labios se rozaran con los míos y se fundieran en un romántico beso, pero eso no ocurrió. Me susurró algo al oído, pero no le presté demasiada atención. Me sentía embriagada por su olor, aquel olor que me gustaba tanto y aquella mirada que me llevaba a hacer locuras. Me susurró algo parecido a que estaba muy guapa, no lo recuerdo bien, pero era un piropo, eso seguro. Después me pidió perdón, y ahora que lo pienso, no era la primera vez que lo hacía. Y no sé por qué me lo pedía. ¿Es que yo tenía algo que perdonarle? No sé por qué motivo nunca le había preguntado...
Después de un buen rato abrazados los dos, salimos del pub buscando el coche. Me llevó hasta casa y casi no hablamos en todo el camino. Yo me limité a mirarlo absorta, y el me miraba de reojo mientras sonreía sin quitar la vista de la carretera. Tenía muchas  ganas de besarlo, pero tenía miedo a cagarla si dejaba que me besara. La oportunidad se presentaba en diversas ocasiones, pero no quería estropearlo...
De pronto, el coche se paró en seco, entonces me di cuenta de que habíamos llegado. Era raro, porque había aparcado una calle antes de mi casa.
-Álex, ¿por qué te paras aquí?-dije sorprendida.
Y sin decir nada se acercó a mí. me miró directamente a los ojos y se acercó más. Y más, y más... Y yo sin saber que hacer me quedé con esa cara de indesición. Hasta que me decidí sin pensarlo más. Su rostro se acercó a mí todo lo que pudo y me miró de nuevo a los ojos con su preciosa mirada verde intenso. Sonrió y salvó toda distancia posible entre ambos. Sus labios rozaron los míos suavemente para dar paso a un beso eterno. Dulce, perfecto... Me dejé llevar y disfruté del momento. Mis manos temblaban y las suyas recorieron todo mi cuerpo. Desde mi pelo y mi cuello hasta mi cintura. Nunca antes me había besado así.
Nos apartamos ambos con una sonrisilla idiota y sin decir nada en concreto. No quería estropear el momento, así que no salí del coche. me quedé allí esperando a que él dijera algo. Pero eso no ocurrió. A cambio salió del coche, cerró la puerta y abrió la trasera y entró. Una vez se hubo acomodado tiró de mí hacia atrás, invitandome a imitarle, así que salí e hice lo mismo que había hecho él unos minutos antes. Me senté a su lado y recosté mi cabeza en su hombro.
-Te he echado de menos...-¡ZASCA! Esa sí que no me la esperaba. A ver qué le digo yo ahora.
-¿De veras? No consigo creerte-dije bromeando.
-Pues creelo, no sabes cuantas veces me arrepentí de dejarte marchar, sin llamarte, sin mandarte mensajes...
-Bueno, no hablemos de eso ahora, creo que ya has remendado tu error, pero como vuelvas a hacerlo, te mataré- dije con una sonrisa, pero realemente pensaba matarlo si lo hacía... jajaja-Lo he pasado muy bien contigo, hoy.
-Uhmm.. te aseguro que lo seguirás pasando así de bien durante mucho tiempo, todo el que tú quieras- y de esta manera sentí como si me estuviera haciendo una promesa, respecto a mi broma anterior. Me acurruqué un poco más en su hombro mientras sonreía.
Y de nuevo, sus labios se acercaron a los míos obligándome a levantar mi cabeza. Fue un beso mágico. Sus labios se enredaron con los míos como si fuera la última vez que nos veíamos haciéndome sentir la mujer más especial del mundo entero :) Sólo él conseguiría eso de mí, eso seguro. Solo con estar a su lado ya me sentía la persona más afortunada del planeta Tierra.
Estuvimos un rato más así, hasta que le pedí que me llevara a casa, era tarde y mi madre me reñiría. Y no me equivoqué...
Y ahora tenía más dudas que nunca. Los besos y la charla de hoy, ¿significaban que estabamos saliendo? ¿O seguíamos siendo amigos con derecho a roce? Porque si era así, pensaba terminar esa misma noche, no iba a soportar eso.No me gustan esas relaciones, me hacen daño y solo me sirven para colgarme de una persona y sufrir después.
Pero no me dio tiempo a pensar en nada más porque me quedé profuendamente dormida...

martes, 30 de agosto de 2011

Capítulo 10: Estoy tan a gusto aquí... :)

-¡Hola Ali! ¿Qué es eso de que has quedado con Álex? ¿Eh? ¿Eh?- dijo Alba atropelladamente.
Vale, es verdad que me esperaba esa reacción por su parte, pero en cierto modo me molestó. Porque yo estaba viviendo un sueño del que no quería despertar, y al estar con ella mi sueño se deslucía. ¿Por qué no iba a poder tener yo mi propia historia romántica? ¿Por qué no podía ser verdad lo de Álex? Ni si quiera yo me lo creía. Ya estaba dudando.. :(
-Ehh...-ya volvía a titubear-Nada, ayer me llamó y quedamos. También vino Elisa. Como no salisteis ninguna se lo dije a ella y después se apuntó Álex con un amigo muy guapo...-seguía sin recordar su maldito nombre.
-Ya. Y, ¿ya está?- dijo Alba casi decepcionada. O tal vez era de forma burlesca, no lo sé. El caso es que volvió a conseguir que me sintiera tremendamente estúpida. Como una niñata que acaba de conocer a un chico y se cree que será el amor de su vida, entonces viene su mejor amiga y le abre los ojos. Pues no, no señor. Yo no estaba ciega. Me gustaba Álex, mucho. Pero no me iba a dejar engañar. Yo estaba haciendo las cosas a mi manera: despacito y sin prisa, comprobando mis sentimientos y los de él. Ya está. Tan dificil no era de comprender, ¿no? Porque todas parecían como locas y no conseguian entenderme. Aunque, para ser sincera, me esperaba esa reacción tanto de Alba como de Marta. Sí, ellas simplemente eran así. Las cosas tenían que tener un por qué para poder hacerlas, sino, no las hacían. Pero para mí era diferente, no necesitaba un motivo, simplemente me apetecía y lo hacía.
-¡Hola!- Vale. Lucía era mi única salvación, si ella no conseguía entenderme, estaba perdida: ¡no lo haría ninguna!-Cuéntame inmediatamente ese rollito que te traes de nuevo con Álex, ¿no?- dijo Lucía divertida. Sonreí. Al fin alguien que me empezaba a entender y que no se sorprendía tanto. Lo sabía, sabía que Lucía me comprendería. ;)
-¿Qué pasa?-gritó Marta desde el otro extremo de la calle mientras hacía un gesto extraño con la mano. Se acercó a nosotras y al escucharnos hablar me preguntó lo mismo que el resto- Oye, ¿nos va a contar ya eso o no?-dijo refiriéndose a lo de Álex, si es que podía llamarsele "eso" a nuestra "relación". Era absurdo, ni siquiera nos habíamos besado...
-Pues os lo voy a contar a todas, y no pienso soportar comentarios de los vuestros, me escuchais y después opinais. No quiero interrupciones, ¿vale?-dije casi divertida. Marta siempre solía interrumpirnos siempre que hablabamos con cualquier bobada de las suyas y nos molestaba bastante, pero resultaba gracioso desde fuera. Jajajaja.
-¡A sus ordenes mi capitán!-dijo Alba simpática poniendose la mano en la frente y haciendo ese gesto tan característico que suele acompañar a esa frase. Todas reimos al unísono de la broma, que había conseguido disipar la tensión del momento.
-Bueno va, que empiezo. A ver, ayer como me dejasteis plantada, pues salí con Eli, la que estaba en mi clase-todas asintieron-y cuando ya iba a salir de casa me llamó Álex y me dijo de quedar un día. Me preguntó qué planes tenía y tal y se lo conté. Así que se me ocurrió la magnífica idea de invitarlo con nosotras, yo que sé. No tengo la menor idea de por qué lo hice, la verdad. Pero me salió así, y me lo pasé muy bien. Fuimos a Nervión a ver una peli y estuvo súper atento conmigo. Fue todo tan rápido y tan extraño que no me lo creo. Después nos llevó a todos a casa pero me dejó a mi para la última, y cuando estabamos en mi puerta, se paró y estuvimos charlando. Y de pronto se acercó hacia mí, me dijo que me había echado de menos y ¡ZAS! Me quiso besar.- e hice un inciso, porque sabía que no me dejarían seguir sin hacerme comentarios adelantando la jugada.
-¡¿No se lo darías no?!-Alba lo estaba flipando de lo lindo... jajaja Ilusa. Todavía no me conocía después de tanto tiempo. Empecé a reirme como una posesa y seguí contando.
-Pues la verdad es que ganas no me faltaron. Es taan guapo y huele tan bien que casi diría que te impnotiza con sus ojos y su olor, pero no. NO lo besé- y enfaticé este último "no" para que tuvieran claro que no lo hice- y lo mío me costó, pero no quiero arriesgarme esta vez.
-Ah, menos mal. Porque si no, te iba a tener que pegar- dijo Marta riéndose, pero sé que orgullosa de mí :)
-Bueno que sigo.
-Venga, vale- dijeron ellas.
-Pues nada, me fui a mi casa y esta mañana me ha propuesto quedar hoy otra vez por twitter-dije con una media sonrisa en la cara. No sabía como se lo iban a tomar.
-Lo hemos visto, guapa. ¡Twitter es muy chivato!-dijo Alba sonriendo.
-Pues eso, hemos quedado a las doce, pero no sé a donde vamos. Pero tranquilas, no vamos a ningún lugar oscuro, mamás!- y empecé a reirme mucho, a lo que ellas me siguieron.
Cuando terminé de contarlo, Marta y Alba se fueron un poco más adelante hasta la terraza que había cerca, por lo que me quedé con Lucía a solas, así que aproveché el momento para preguntarle lo que pensaba. Había estado muy callada, y eso me asustaba de alguna manera.
-Bueno, ¿y a tí qué te parece?- Ella pareció quedarse pensativa, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para explicármelo. Como si estuviera a punto de decirme que tenía una bomba debajo de los pies y no supiera por donde empezar. De repente, habló.
-Bueno, sabes que siempre te apoyo en tus decisiones, sean las que sean, pero quiero que tengas mucho cuidado, ¿vale? Ese tal Álex te hizo mucho daño cuando empezó a pasar de tí, y no quiero que eso vuelva a ocurrir. Quiero que estés segura de lo que haces y que no te haga daño, pero creo que tú sabes lo que buscas y que no volverás a caer como una idiota.- posteriormente sonrió y me dio un abrazo de mejor amiga que me hizo sentir mucho mejor. La quería un montón. :D
Esa tarde  me lo pasé muy bien con las chicas, nos reímos un montón. La verdad es que hacía bastante que no nos veíamos, así que  nos pusimos al dia. Me dijeron que me echaban de menos en clase, y les conté que había hecho nuevos amigos. Pero a eso de las once y media yo ya no podía ocultar más los nervios. Estaba deseando verlo.
Álex me recogió con su coche a las doce, donde yo le había dicho. La gente nos miraba mucho, pero en ese momento todo me daba igual. Era tan feliz que casi rebosaba por los bordes :D
-Hola princesa, ¿qué tal?- y seguidamente me ofreció su cálida sonrisa que me invitaba a subir al coche.
-¡Hola!- y me subí al coche con una enorme sonrisa y sin decir nada más.
-¿Adónde te apetece ir?
-Ah, pues no sé. ¿Vamos a tomarnos un helado?-dije más feliz que una niña pequeña
.-Uhmmm... me gusta la idea.-y de este modo aceleró hasta llegar a la autovía. Había puesto música en el reproductor del coche. Me gustaba. Era música antigua pero me gustaba.
"When I see your face,There is not a thing that I would change.Cause you're amazing,Just the way you are..."
Me encantaba esa canción, y me volvía loca cuando me miraba mientras la cantaba desentonando constantemente. ¿Me la estaba dedicando? Yo diría... ¡QUE SÍ! :D Debía de estar volando ahora mismo porque me sentía como en el cielo, así que me dejé llevar. Subí el volumen de la radio y empecé a cantar yo también mientras lo miraba de vez en cuando. Era tan guapo que casi dolía a la vista. No podía apartar la mirada de su cara, estaba completamente embobada...
Qué detalle, me había traído a mi heladeria favorita, ¿se acorrdaba o sería casualidad? ¿Significaba eso algo?
-Princesa, tu heladería favorita- dijo feliz mientras me miraba a los ojos.
-¿Cómo lo sabes?-dije con una sonrisa, aunque mis dudas se acababan de disipar en un instante.
-Tengo buena memoria...-sonó muy misterioso, pero me gustó.
Entramos y me pedí mi helado favorito: Nociolosa y Avellanas. Mmmmm... ¡qué rico!
Nos sentamos en una mesa y estuvimos hablando de todo un poco. Me contó cómo le iba en la carrera, y me preguntó por mi nuevo instituto. Lo típico. Pero era tan agradable estar con él que me lo hacía pasar genial. Dimos un romántico paseo por el centro, y luego me llevó a un pub muy chulo en el que estuvimos charlando hasta tarde. Yo estaba apoyada en su regazo mientras él me acariciaba el pelo con suavidad. Vale. Ahora sí que estaba en el cielo...
Yo escuchaba la música de fondo sin hacerle mucho caso mientras me dejaba llevar por Álex y sus enormes ojos verdes. Me acariciaba la mejilla, el cuello y el pelo a la vez mientras me contaba cosas de su vida.
-Cuando sea mayor me gustaría tener hijos. Un niño y una niña-dijo mientras reía.- Y a tí, ¿no te gustan los niños?
-Pues sí que me gustan, también quiero dos, pero yo dos mellizos. No sé, me hace ilusión tener mellizos.-dije ensimismada sin saber realmente lo que estaba diciendo.
-Pues tendremos los que tu quieras, princesa.-¿EH? ¿Pero qué estaba diciendo? Y debío notarseme en la cara lo que pensaba...Mi madre siempre me dice que soy como un libro abierto, que no puedo tener secretos-Era solo una broma jajajajaja-Noté cómo los músculos de mi cara se destensaron y me volvía a relajar mientras sentía los latidos de su corazón a través de su cuello. Tenía mi cabeza echada en su hombro y podía escucharlos. De pronto me incorporé en el sofá y me senté recta; de mientras, él me miraba todo el rato con una sonrisa inocente en los labios. Lo miré y entonces supe que lo que quería saber. Él se acercó hacia mí sin dejar de sonreir. Me sujetó por la cintura y me atrajo hacia sí, haciéndome perder un poco el equilibrio, y finalmente se acercó hasta mi oído para susurrarme algo muy bajito. 
-Estás muy guapa esta noche, demasiado. Gracias por no odiarme después de todo.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Un asuntillo importante :)

¡¡¡Holaaaa!!! Bueno, esto, como podeis comprobar no es una entrada de blog habitual, simplemente quería informaros de una cosa y pediros un pequeño favor tambien, a ver si podemos conseguirlo :)
1º Voy a estar unos días de vacaciones, unos diez días más o menos, lo que quiere decir que no podré escribir hasta mi vuelta, donde prometo recompensaros con entradas magníficas, lo prometo :) Y, os traeré un recuerdo virtual de Disneyland. Promero introducir algo relacionado en la historia si me lo pedís, solo teneis que comentar:)
2º Me han concedido la oportunidad-a mí y a todo aquel que tenga blog y lo desee- de publicar el blog en una edición en papel, y a mí no hay una cosa que me hiciera más ilusión. :D ¿Cómo coseguirlo? Pues ahí es donde vosotros, seguirdores de este blog que estamos creando entre todos- porque somos poquitos, pero cada día crecemos algo más- entrais e juego. Solo teneis que votarme en http://www.bookad.co/profiles/blogs/donde-los-sue-os-se-hacen-realidad?xg_source=activity Es muy fácil, os creais una cuenta, que solo tardareis un minuto en hacerla y le dais al "me gusta" Es solo un minuto, de verdad :D
Gracias por adelantados y muchos besos a todos :)

lunes, 15 de agosto de 2011

Capítulo 9: Hoy soy feliz :)

¿Qué es ese fogonazo de luz verde? Qué sueño. Voy a dormir... Sí, a dormir...
Y cuando mejor estaba, otra vez ese fogonazo de claridad verde. "¿Verde?" Pensé sobresaltada. En mi habitación, la luz que entraba del exterior parecía verde porque mis cortinas tenían ese color. Entonces estaba en mi habitación, en mi camita y en mi casa. Ah, sí. Ayer fue viernes. Salí con Eli, Álex, y ese chico, ¿cómo se llamaba? Era guapo, pero no lograba recordar su nombre. Bah, da igual. Ya lo pensará luego. Ahora... ahora quiero dormir. ¡¿Pero qué estoy pensando?! ¿Qué hora es? Alargué la mano hasta la silla que había al lado de mi cama y cogí mi  móvil. Lo desbloqueé, y de nuevo el fogonazo del móvil me molestó tanto que me cegó y me dejó un poco mareada incluso, pero consiguí mirar la hora. ¡¡¡¡¿¿¿¿¿ LAS DOCEEE?????!!!! ¿Desde cuando me levantaba yo a estas horas un sábado por la mañana después de haber ido al cine la noche anterior?
Y esto fue lo primero que pensé cuando me desperté. Claro que después de asearme y desayunar- o de almorzar, según se viera- lo veía todo mucho más claro. Ayer se negó a darle un beso a Álex. ¿Se habría enfadado? Lo mismo sí. Pero la verdad es que había hecho mucho esfuerzo por no besarlo, era demasiado pronto y quería comprobar si seguía siendo el mismo de siempre pero un poco más maduro y dispuesto a empezar algo serio conmigo. Solo eso. Él tendría que entenderlo. La verdad, que ahora que lo pensaba, tampoco pareció dolerle tanto aquello, ¿no?
Baaaah, estaba confundida, me dolía la cabeza y tenía sueño. Cuanto más dormía, más sueño tenía. Siempre igual. Era ya algo habitual. Había dormido unas diez horas más o menos y sentía un sueño terrible... Pero no iba a dormir más, no señor- ¿desde cuando hablo como mi madre? jajaja.
Me metí en mi habitación y me puse la tele, no había nada. La tele los domingos era una mierda, sí una mierda. " Y encima de mal humor"- pensé de repente. Cogí el portatil, lo encendí y me puse música. Alejandro Sanz. Me encanta Alejandro Sanz, desde siempre, desde que era un moco. Me entró la risa tonta cuando recordé lo que solía decir cuando era pequeña: "Mamiiii, mamiii, que Alejandro Sans es más guapo que mis hermanos, ¿verdad que sí?" Lo cierto es que mis hermanos se enfadaban mucho, pobres. Volví a reír. Parece que el mal humor se me iba pasando poco a poco. Puse una larga lista de reproducción con canciones antigüas del mismo autor y entré en twitter. A ver si hay alguien. Bueno, seamos sinceras, a quien yo buscaba era a Álex. No tenía muy claro que no estuviera enfadado, así que puse:
Anoche lo pasé maravillosamente bien con @Elisita92 y @ÁlexGarcía :)
Me daba cosa no nombrar a... a ese chico que nos acompañó anoche y del que no consigo recordar su nombre. Joder, parece que tengo amnesia y resaca a la vez. ¡Si solo comí palomitas de Elisa!
Me cansé de esperar a que alguien me RT, o me mencionara o algo, así que cerré twitter y entré en tuenti, que siempre había alguien. Esperé un par de segundos hasta que apareció la pantallita azul y puse mi mail y contraseña. Mucha gente cumplía años hoy, pero nadie me caía demasiado bien, así que no iba a felicitarlos. No sé por qué me agregaban, si después ni me saludaban por la calle. Bah, lo mismo hasta los borraba. Cerré sesión antes de que me hablara alguien por el chat y no pudiera salir. Quería ver qué tenía en twitter. Entré. Pinché en "menciones" y allí que encontré un nuevo mensaje :)
@Alicia94Car gracias princesa, yo también lo pasé genial, me alegra que no estés enfadada :) nos vemos hoy? ^^
¡¡¡Aahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!! Creo que me va a dar algo de tantos nervios. ¿Me ha invitado a salir? ¿Hoy? "Si, idiota. ¿No lo ves? Te lo ha dicho claro..." Me dijo esa vocecilla chillona de mi interior, la cual me daba consejos que no me gustaban. Pero... hoy pensaba salir con las chicas... Bueno, podía quedar con él más tarde, ¿no? Síiii, me apetecía mucho estar con él, era tan mono...
Le pondré un sms a Marta, para que avisara a Alba y a Lucía, porque sabía de sobra que Laura no saldría hoy. Siempre quedaba con su novio, así que...
Martiis, quedamos esta tarde-noche a tomarnos algo? estoy un rato cn vosotrs y luego m voy cn... Álex! Luego os cuento! :) a las 10 os viene bien? teqiero!
Sabía de sobra que no se lo iban a tomar a bien. Lo había pasado muy mal el verano pasado cuando dejé de verle, sé que yo estaba muy enganchada a él, pero necesitaba comprobarlo, su corazón se lo decía. Voy a quedar con Álex también, pero esta vez se lo diría en un sms para que nadie más pudiera leerlo.
Estarás disponible a las 12? si es q sí, me llamas y te digo dónde :) Un besito!^^
Sonó mi móvil, un sms. Esperaba que fuera Álex, pero había transcurrido muy poco tiempo desde que se lo mandé, así uqe supe que era de Marta. Me dijo que sí, que nos veíamos a las diez, pero que estaba flipando con lo de Álex, que estaba loca y que blah, blah, blah. En el fondo le daba toda la razón, porque la tenía. Pero yo deseaba quedar con Álex, y esta vez a solas, sin nadie más. No iba a hacer nada. O al menos no era mi intención.
El móvil sonó otra vez, así que esta vez di por hecho que era Álex.
Vale princesa, a las 12 en punto te llamo y paso a recogerte:) Qué mejor plan que estar contigo?:) Un beso guapa!
Vale, estoy flotando. Puedo sentir el suave tacto de las nubeees...-pensé tontamente. Me reía como una estúpida, pero en mi fuero interno sabía que aquello no era normal, que Álex me hablaba como si llevaramos meses juntos y yo me quedaba alelada cuando lo hacía. Pero...pero eso me gustaba un motón. :)
Pasé el resto de la tarde deambulando de un lado para otro por mi casa. Estaba muy aburrida, así que me dio por pensar en Álex. En sus preciosos ojos color miel, en su sonrisa perlada y en el suave bronceado de su piel. En su hermoso y suave pelo, en sus perfectos labios ni muy finos ni muy gruesos. Álex era perfecto. Tan perfecto que pensé que yo era demasiada poca cosa para él. No sé qué podía ver en mí que yo no veía. Lo mismo estaba piripi todo el tiempo que pasaba conmigo y yo no me daba cuenta. Vale, estaba divagando. Por cierto, no teng ni la mejor idea de lo que me voy a poner esta noche. Supongo que iremos a cenar y luego a tomarnos algo hasta que Álex me recogiera. Hasta que Álex me recogiera. Eso sonaba tan bien, que me dio hasta miedo decirlo en voz alta, por si se rompía el sueño.
De lo que no tenía ni idea-ni tampoco había reparado en ello hasta ahora, es adónde iba a ir con Álex esa noche. Era una hora extraña para quedar con un chico. A ver, era temprano, pero no sé, sonaba raro. ¿Cómo se me ocurren estas cosas? Estoy fatal últimamente... Y finalmente, olvidé estos pensamientos y me dirigí a mi habitación, donde puse música, hice amago de relajarme- cosa que no conseguí- y abrí mi armario para elejir ropa. A ver... ¿el vestido de lunares? Puede. ¿La falda de flores y el top rosa? Quizás... Y así con un sin fin de ropa que me fui probando hasta que me decanté por un precioso vestido rojo atado debajo del pecho por un fino cinturón trenado color canela. Una manga caía dejando mi hombro al descubierto. Luego, elejí unos zapatos de tacón del mismo color que el cinturón y un bolso del mismo color también.
Eran las ocho y media. Ahora solo tenía que prepararme y dejar que el día transcurriera como tuviese que transcurrir y ya está. Hoy era feliz, demasiado :)

miércoles, 10 de agosto de 2011

Capítulo 8: Confundida...

-Voy a comprar chuches- dijo Eli muy decidida y se encaminó a la tienda de gominolas que había dentro del centro comercial, cerca de donde nos habíamos sentado- ¿Alguien se apunta?
-La verdad es que no me apetecen chuches, mejor me quedo aquí- dije alegremente.
-Yo me quedo aquí con ella...-dijo Álex. ¿Qué le pasaba? No paraba de prestarme atención. Siempre encima mía. Otra vez me entró la cosa de que había cambiado, o, ¿es que buscaba algo? ¿Conveniencia? ¿Es que no encontraba a nadie mejor? Yo que sé. Mejor no darle más vueltas y disfrutar de la situación.
-Ehh.. a mí si que me apetecen chuches, ¡voy contigo Eli!- en ese momento, Álgel se levantó decidido hasta donde se encontraba Elisa y fue cuando me dí cuenta de lo guapo que era. Era alto, mucho más que Eli, que era bajita. Tenía las espaldas anchas, el pelo castaño y los ojos negros. Y sabía perfectamente lo que más le gustaba a Eli de él sin ni siquiera preguntarle: la espalda. Ella adoraba que los hombres tuvieran las espaldas anchas, ella era así. :)
Tuve que apartar la vista del fornido cuerpo de Ángel porque Álex me estaba hablando de lo ñoña que era la peli que íbamos a ver.
-Solo quieres verla por el prota, asúmelo-bromeó.
-Sí, es cierto. Esta noche soñaré con él.-la verdad es que el prota no estaba nada mal, pero nada comparado con él. Si supiera lo que pienso ahora mismo... Jiiijijiji ^^
-¿Toda la noche?- y así, me puso esa sonrisa pícara que me dejaba tan atontada el verano pasado, y que seguía haciéndolo todavía hoy.
-¿Quieres que te reserve un espacio en mis sueños esta noche? Mira que será dificil superar a éste...-dije bromeando, refiriéndome al prota. Porque seguro que soñaba con Álex, al menos, lo pretendía.
-Bueno, me gustaría que me hcieras sitio en tu cama pero si no puede ser... me conformo con que me hagas hueco en tus sueños y... en tu apretada agenda- Pfff, había tenido que decir justamente lo que no quería oír. Cama. Odiaba esas indirectas, eran... eran... bueno, que no me gustaban. Pero con Álex los enfados no duraban mucho, su sonrisa lo arreglaba todo, y era lo que más odiaba, con él no tenía capacidad para nada, parecía una retrasada.
En ese momento llegaron Elisa y Ángel y me dejaron con las palabras que tenía preparadas en la boca, así que me las guardé para otro momento.
-¿Vamos? Estará a punto de empezar...- dijo Ángel.
Álex y yo nos levantamos rápidamente y los cuatro subimos por las escaleras mecánicas. Yo me adelanté para coger gomitas de la bolsa de mi amiga pero entonces una mano tiró de mi camisa hacia atrás.
-Era una broma- susurró más serio esta vez.
-¿El qué?- me había pillado desprevenida y no sabía a qué se refería.
-Lo del hueco en tu cama- me dijo tímido, algo inusual en él. Sonreí, ¿qué otra cosa iba a hacer?
-No es nada.
Los créditos pasaron rápidos y la película... Bueno la película no la ví, la verdad. Me ponían nerviosa las miradas de Álex en la oscuridad. Y sus caricias en mis piernas descubiertas por los shorts. Tendría que haberme puesto pantalones largos, joder. De vez en cuando me daba un beso en la mejilla, y ahí es cuando mi corazón entraba en un loco frenesí. Pero, ¿qué me pasaba? Ahh sí, que Álex me encantaba, me tenía loca. Al menos es lo que me decía mi vocecilla interior, esa que yo me negaba a creer. No me gustaban sus consejos.
A diferencia de mí, Eli parecía estar muy atenta a la peli, o al prota, no lo sé, pero estaba de lo más concentrada comiendo. Era un cuadro. Me reí por lo bajini.
Al salir de la sala fuimos a comer al Mc´donall. Álex se obsesionó con pagar mi parte, y no le valieron mis excusas para que no lo hiciera. Y aunque me daba vergüenza, me pareció bonito. :) Aiiiins, estaba de lo más tonta ese día.
Se había hecho tarde para Álex, que tenía partido el sábado así que no nos quedamos a tomar nada, y eso que me apetecía, pero estaba cansado. Pobrecillo, me dio lástima.
Dejó a cada uno en su casa, y a mí me dejo en último lugar, asegurando que mi casa es la que más lejos estaba. No hice comentarios, porque yo también quería un rato a solas con él para saber qué estaba pasando.
-Bueno, creo que hemos llegado-sonrió con su propia broma y yo sonreí también para ver si así se liberaba un poco la tensión.
-Sí, yo creo que esta es mi casa- reí-Álex, lo he pasado muy bien hoy.
-Yo también, me ha encantado volver a verte. Estás guapísima hoy.
-Gracias-y me puse roja como un tomate, asegurado-Bueno, me voy. Buenas noches- e hice amago de abrir la puerta para bajarme.
-¿Ya te vas?-dijo desilusionado.
-Ehhh... mañana tienes que madrugar, ¿no?-le dije confundida.
-Era una excusa para estar a solas contigo-sonrió y me atrajo hacia él suavemente.De nuevo me dejó sin palabras. Esto tenía que cambiar... Me dio un beso en el cuello, otro en el líbulo de la oreja, otro en la frente, en la mejilla... Creo que me borró las huellas dactilares, pero no puse ninguna pega, me gustaba que lo hiciera, pero tenía miedo a que esto terminara.
-Quédate conmigo esta noche-parecía de verdad, no supe cómo tomármelo.Así que opté por bromear.
-Vale. Entro se lo digo a mi madre y vuelvo.- reí a carcajadas, pero frené en seco cuando lo ví hacercarse a mis labios. Y me apetecía, me apetecía mucho, pero la razón me decía que no. Y en dos milésimas de segundo pasaron por mi mente miles de cosas. Y cuando lo tenía a dos milímetros de mi boca, me aparté suavemente para darle un beso en la mejilla. No podía equivocarme esta vez. Se ve que le molestó, pero tenía mis motivos.
-No quiero ir ráìdo esta vez, tengo muchas preguntas que hacerte  muchas cosas que aclarar. Llámame mañana. Buenas noches Álex. Gracias por acompañarme.
-Buenas noches princesa.-dijo algo decaído. No me gustaba verle así. Su sonrisa era espectacular...
Abrí la puerta y salí del coche, pero él no se marchó hasta que no me vio entrar.

martes, 9 de agosto de 2011

Capítulo 7: Emocionada, ilusionada, ¡ASUSTADA!

En menos de diez minutos Elisa llegó a mi casa un mosqueada, la verdad. Y tenía su parte de razón, pero se le pasó un poco cuando me vio tan feliz.
-¡Eli, Eli, Eli!Hoy no te dejo que te enfades, que estoy muy feliz. ¡No sabes con quien vamos a salir!- dije más emocionada que nunca.
-Sorpréndeme- dijo haciendo ver que no le importaba mucho. Me chocó bastante, pero hice como si nada, no quería perder mi buen humor tan pronto.
-¡¡¡¡Áleeeeeex!!! Me ha llamado hace un rato y me ha dicho de quedar y eso, así que le he propuesto que se viniera con nosotras...- lo dejé caer así. A Elisa no le caía muy bien. Bueno, no es exactamente eso, es solo que pensaba que ella sobraba allí, y eso no era verdad. Para mí mis amigas nunca sobraban, eso seguro.
-¿¿¿COOMOOO???- estaba muuuy cabreada...
-Eyyy, no te enfades. ¡Si va a trerse a un amigo! Venga yaaaa, lo pasaremos bien. Poooorfaaa, sabes la ilusión que me hace quedar con él.
-Sí, pero no tengo por qué ir yo, sabes que no me gusta sentirme desplazada.
-Sabes que yo no soy de las que hace ese tipo de cosas con sus amigas-esta vez era yo la cabreada. Elisa sabía de sobra lo que odiaba que me dijera eso, sobre todo porque nunca lo hacía.
-Bueno, vaaaalee...- pero seguía sin estar muy convencida, aún así, no consiguió alterar mi felicidad. Estaba rebosante hoy. Ufff, Álex... :)
Cuando ví a Álex a través de la ventanilla del coche me quedé sin palabras, simplemente se me caía la baba, y Elisa me avisó de ello antes se subirnos al coche con un "discreto":
-¿Necesitas el cubito o podrás controlarte?- y posteriormente rió con sorna haciéndome enrojecer como una idiota.
El amigo de Álex, también era guapo, aunque no tanto como él, claro. A Elisa pareció gustarle, porque de pronto la cita con Álex le pareció de lo mejor que hubera hecho nunca. Su cara me dejaba claro que le gustaba, y no era para menos. Sonreí. El amigo, Ángel, me dejó amablemente en el asiento delantero junto a Álex, y él se sentó detrás con Elisa. La verdad es que me daba muchísima vergüenza. Casi diría que hubiera preferido haberme quedado atrás con mi amiga.
-¿Dónde quereis ir chicos?-preguntó Álex. Qué mono era...
-Ummm... ¿qué os parece Nervión? Podemos cenar allí después de la peli-dijo Ángel.
-A mí me parece una magnífica idea-dijo Elisa sonriéndole al chico. Ahora era ella la que babeaba. jajaja.
-Y a tí, ¿qué te apetece, princesa?- me dijo Álex mientras me acariciaba la pierna con la mano que le quedaba libre. Me miraba de reojo, sin perder la vista de la carretera mientras esperaba a que yo respondiera. Pero yo estaba absorta en su perfecto perfil y sus enormes ojos color miel. ¡¡¡Aiiiishh!!! Mira que era guapo este chico.
-Pues a mí me parece estupendo-dije de pronto, controlando mi ya conocido y odioso titubeo. A cambio, le ofreci mi mejor sonrisa. A él pareció bastarle y me contestó con otra. :)
En la parte de atrás se podía escuchar la conversación entre Ángel y Elisa, pero no le hacía demasiado caso. La verdad es que la presencia de Álex no me dejaba prestarle demasiada atención a nada de lo que ocurriera a mi alrededor. Pero parecían estar pasándoselo bien. Elisa le estaba contando que tenía 16 años y que pronto cumpliría los 17, que estudiaba primero de bachillerato y que quería ser psicóloga. Él le dijo que tenía 19 y estudiaba periodismo. Hacían buena pareja. Me hizo sonreír este último pensamiento. Álex estudiaba relaciones laborales. No tenía muy claro lo que se estudiaba en esa carrera. Tampoco sé por qué me dio por pensar eso, estaba totalmente ida. Solo podía mirarlo y olvidarme del resto del mundo. De vez en cuando me acariciaba mi pierna izquierda y luego me hacía una suave caricia en mi mejilla rosada. Ahora sí que estaba en una nube (L)
-Pues voy aparcando y... elegimos la peli, ¿no?
-Yo quiero ver Step up en 3D-dijo Eli entusiasmada.
-Noooo, yo prefiero ver el americano-dijo Ángel un poco molesto.
-A mí me da igual- dijo Álex- lo que tú prefieras, princesa- no sé por qué motivo seguía llamándome así, ni tampoco sé por qué motivo miles de mariposas seguían revoloteando en mi estómago cada vez que lo hacía.
-A mí no me importa- no iba a prestarle atención a ninguna, pero casi que prefería Step Up- la que dice Elisa está bien, pero no me importa.
Al final Ángel accedió, así que compramos las entradas para la sección de las diez. Ya solo faltaba media hora, así que nos sentamos en los escalones que hay en la placita de la planta baja a esperar a que empezara la peli. En ese tiempo Álex estuvo muy cariñoso conmigo, es como si no hubiera pasado el tiempo entre ambos. En una ocasión me dijo que estaba muy guapa y que me había echado de menos. No sabía donde meterme en ese momento. Estaba tan ilusionada... No quería que me hiciera daño, él me gustaba lo suficiente como para que me lo hiciera si me dejara escapar otra vez.
El año pasado en verano estubimos saliendo. Estaba loca por él, pero cuando el verano terminó y ambos regresamos a Sevilla y la relación se enfrió. Me dijo que estaba liado con los estudios y a mí me sonó a trola, pero tampoco teníamos nada serio, aunque a mí me lo pareciera... Ahora parecía haber cambiado, y me daba miedo descubrir si eso era así de verdad...

jueves, 4 de agosto de 2011

Capítulo seis: Empieza el finde

Lo que me quedaba de semana se me pasó volado, casi no me dí cuenta, me lo pasaba genial con las chicas. Como si las conociera de toda la vida, pero aún asi, me daba miedo pensar si esto seguiría así siempre. Mis comederos de cabeza de siempre, y es que, en realidad, echaba de menos a mis amigos de siempre, los que sabía que no me fallarían.
Cuando llegué del instituto el viernes, estuve hablando con mis amigas para quedar y tomarnos algo. Tenía unas ganas locas de verlas y estar todas juntas. En un principio dijimos de ir al cine a ver una peli y luego salir a tomarnos lo de siempre donde siempre, pero después, todas se echaron para atrás y decidieron no salir. Todas menos Elisa y yo. Toda una faena. Alba decía que tenía que ir con sus padres a no sé qué sitio, Lucía estaba enferma y se quedaba en casa a descansar, Laura había quedado con su novio previamente y ahora no podía decirle que no y luego estaba Marta, que decía que tenía que madrugar al día siguiente, que saliéramos sin ella. Y así nos quedamos Elisa y yo, solas. El plan era ir al cine las dos solas a ver una comedia romántica de las que nos gustan a las dos. No estaba mal después de todo.
Eran las siete y media de la tarde y había quedado a las ocho y media, tendría que darme mucha prisa. Me duché corriendo y me peiné, para luego sentirme en la cama a encontrar la ropa adecuada: ni muy arreglada, ni muy poco. Finalmente opté por unos pantalonescortos claros con una camisa azul marino con la manga hasta el codo, y unas sandalias marrones y  el bolso del mismo color. Mientras me maquillaba escuché cómo me sonaba el móvil. "Seguro que es Elisa" pensé en un principio, pero no te imaginas mi cara de sorpresa, alegría y resignación al ver en la pantalla de mi móvil "Álex llamando". ¡¡¡Joodeeer!!! No puede ser, ¿qué querrá?
-¿Si?
-Ey, Alicia, soy Álex, ¿qué tal?
-¡Hola Álex! Pues me estaba arreglando, que he quedado...
-Ah, perdón, te dejo si tienes prisa...
-No, no te preocupes, si voy bien de tiempo...- una mentira como una casa, puesto que debería haber salido hace ya más de diez minutos, pero seguro que Elisa no ha llegado, además, ¡es Álex!
-No, yo era para vernos, pero ya has quedado así que mejor otro día, ¿no?- parecía un poco ¿desilusionado?
-Bueno, yo voy al cine con Elisa, ¿por qué no te apuntas?- Elisa me iba a matar, pero nos lo íbamos a pasar bien, Álex y yo solo éramos amigos, él mismo me lo había dejado claro enn varias ocasiones. No sé por qué Elisa insistía en que ñe gustaba...
-Es que me da cosa ir solo con vosotras dos, no sé... Seguro que hablais de cosas de tías sin parar- y posteriormente rió con sorna.
- ¡Venga ya, Álex! No digas estupideces-dije mientras me reía- Traete a un amigo si quieres...
-Bueno vale, me has terminado de convencer- una sonrisa enorme se plantó en mi cara- ¿dónde os recojo?- Álex era mayor que nosotras, tenía diecinueve años y ya tenía coche propio, aunque antiguo. Lo había conocido durante mis vacaciones en la playa, y la casualidad de que vivíamos a menos de diez minutos y no nos habíamos visto en la vida. Desde entonces empezamos a quedar a menudo.
-Pues vente a mi casa ya, dentro de diez minutos.
-De acuerdo, princesa-solía llamarme así a menudo, y yo me derretía siempre que lo hacía. Pero sigo sin saber por qué seguía haciéndolo cuando solo éramos amigos¬¬
-Nos vemos ahora- y colgué.
Rápidamente tecleé un sms rápido para Elisa diciéndole que se viniéra a mi casa rápido, que había cambio de planes.
Aiiiish, espero que Eli me perdone, porque ¡¡¡hoy soy tremendamente feliz!!! Qué ganas de volver a verlo...

domingo, 31 de julio de 2011

Capítulo 5:"Sorprendida"

Me sorprendió que mi madre me dejara quedarme en el centro con las chicas, lo mismo se sentía un poco culpable por todo lo sucedido este verano... La verdad es que las chicas se alegraron mucho y eso me sorprendió bastante, pero para bien :) Con las que más hablé fue con Ana y Claudia, que estaban en mi clase. Al menos eso fue al principio, porque al cabo de un par de horas, acabé contándole mi vida a Almudena, la chica que me pareció más timida al principio, y qué sorpresa me llevé cuando me enteré de que conocía ¡¡¡a mi amigo Álvaro!!! ¡Já! Increíble, el mundo es un pañuelo, cada vez me sorprendía más... Me contó que se habían conocido a través de un amigo que tenían en común. ¿Qué amigo sería ese? Me dio cosa preguntarle, así que me lo guardé para bombear a Álvaro a preguntas en cuanto tuviera la oportunidad.
La verdad, aunque una tontería pareciera, aquello me hizo acercarme más a Almudena. No sé, es como si nos uniera un extraño vínculo a través de Álvaro :)
Aunque el momento más entretenido de la tarde fue cuando llegaron unos chicos del instituto, a uno de ellos me pareció conocerlo, me sonaba su cara, vaya. Me quedé mirándolo, y él, obviamente, se dio cuenta. Argg, ¡¡qué vergüenza!! Siempre me pasaba igual, soy una descarada de cuidado. Pero bueno, el chico no pareció tomárselo a mal, porque se acercó hacia mí después de que me presentara al resto de sus amigos. Fran, Alberto y Pedro, parecían simpáticos también. Bueno, Pedro... Pedro... a Pedro no le terminé de entender las bromas. Supongo que porque no lo conocía, me daba igual, la verdad. No le di mucha importancia, estaba Pablo delante que no dejaba de mirarme y sonreirme.
-Bueno, yo no me presento porque ya nos conocemos-dijo con una sonrisa en los labios-Yo me quedé con una cara de empanada que dejó ver que no sabía quien era, aunque no era exactamente así, si no que no recordaba de qué lo conocía. Recordar nombres, caras y asociarlos a un lugar o momento exacto  era complicado teniendo en cuenta a la de personas que me habían presentado hasta ahora, y él pareció entenderlo. Era perfecto, de momento...-bueno, veo que no te acuerdas de mí, ¿eh?- dijo dándome un pequeño empujoncito hacia un sofa estilo push que había en el suelo junto a una mesita donde había algunas bebidas- Es normal. Soy Pablo, y estoy en tu clase- y me dio dos besos, uno en cada mejilla.
-Ehh...-volvía titubear tontamente, me pasaba siempre que me ponía nerviosa, especialmente si tenía a un chico guapísimo mirándome con esos ojos verdes...- yo soy Alicia- sonreí tímidamente.
-Ya, si ya lo sé, como para no saberlo- dijo irónicamente con una media sonrisa que dejaba ver sus preciosos dientes blancos.
-¿Por qué dices eso?-dije sorprendida
-Alicia, Alicia...O... ¿prefieres que te llame Ali?
-No, Alicia está bien, pero no me importa-dije volviendo a sonreir como una idiota. Qué tendrán esos ojos... Ahora recuerdo de qué lo conocía. Es el chico que me presentó Claudia el primer día.-¿Bueno, y por qué dices eso?
-Bueno, es fácil, ¿no? Eres la nueva, aquí nos conocemos casi todos, la verdad. Sino de clase, del barrio, tú eres nueva. Todo el mundo sabe quien eres, aunque sea de oídas, porque toda la clase habla de ti, incluso la clase de ciencias.
-¿Como?- me quedé muuuy, muuuy sorprendida. ¿Todo el mundo hablando de mí? ¿Todo el mundo sabía quién era? Eso era algo nuevo también para mí, en mi antiguo instituto pasaba desaperibida. Sí, probablemente todo el mundo me conocía, pero eso no me importaba, todos nos conocíamos, pero aquí era la comidilla... No sabía que pensar.
-¿Te sorprende?- dijo, esta vez era él el sorprendido.
-Mucho, bueno no. A ver, lo entiendo, siempre que llega alguien nuevo, llama la atención, pero yo no estoy acostumbrada- y tras decir eso, me reí, supongo que de la tensión que me provocaba estar cerca de este chico. Él se rió conmigo, y los dos nos fundimos en un carcajeo absurdo que me relajó bastante...
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viernes, 15 de julio de 2011

Capítulo 4:"Haciendo amigos"

Sí, me había pasado la media hora del recreo con Claudia y sus amigas. No eran muchas pero eran muy simpáticas, al menos es la sensación que me dio. Mmmm... a ver, voy a hacer memoria, porque es complicado, he conocido en dos días a más personas de las que había conocido en toda mi vida jajaja.
Bueno, primero me presentó a Lucía, una chica de nuestra edad que estaba en la clase contigua a la nuestra. Era alta, morena con los ojos pequeños. Podria decir que casi ni se le veían, pero era simpática. Me había estado hablando de su clase, de sus horarios, de lo que iba a echar de menos no tener tanto tiempo libre en verano, etc, etc. La pobre solo pretendía que me sintiera a gusto, y realmente lo consiguió. Al menos estaba conociendo a gente similar a mí. Salimos al patio del recreo y nos acercamos a un banco al respaldo del sol, donde Claudia y Lucía me presentó a otras tres chicas: Eva, que era un año mayor que nosotras, pero estaba repitiendo primero. Era del primero de ciencias y estaba en la clase con Lucía. Eva era un poco más bajita que el resto. Rubia de ojos azules. No era demasiado guapa, pero algo me decía que a ningún chico le importaría tener una historia con ella. Tal vez fuera su sonrisa, no sé. Sobre chicas, por lo que se ve, no entiendo. Mi mejor amigo, Álvaro siempre me decía que no entendía, que veía guapas a las feas y viceversa. Yo pensaba que era él el que no tenía ni idea.Sonreí al recordarlo. A saber lo que estaría haciendo ahora el petardo de mi amigo Álvaro...
Luego estaba Almudena. No era ni alta ni baja, más o menos como yo. Estaba delgadita y tenía el pelo negro. Parecía una chica muy tímida, así que la saludé con un simple "hola, ¿qué tal?". Ya la iría conociendo más adelante.  Por último, me presentaron a Ana. Era una chica bastante simpática, incluso más que el resto. Creo que estaba en mi clase. Y debía ser así porque me saludó con un "¡¡¡hola compiiiii!!!" que no dejaba indiferente a nadie.
El recreo transcurrión sin más incidentes ni nada interesante que contar. Las chicas me estuvieron describiendo a los profesores, informándome y aconsejándome sobre cada uno de ellos. También me hablaron de algunos compañeros, sobre aquellos a los que no soportaban, y los que eran majos. Sobre los que eran guapos pero idiotas y sobre los que eran monos pero que valían la pena. Solo con eso, sabía que me iba a llevar muy bien con ellas, la verdad es que se parecían mucho a mis amigas. Éramos dos grupos muy similares, y eso me gustaba. Porque mi grupo me gustaba,, me gustaba mucho. Todas éramos iguales, nadie mandaba sobre otra. Mis amigas eran increíbles y nos divertíamos mucho juntas, haciendo las payasas o simplemente chrlábamos sin más. Nunca se nos acababan los temas de conversación, y eso mismo les ocurría a estas chicas :)
Cuando subimos a clase, Ana se sentón con Claudia y conmigo. A mí me dejaron en medio y eso me gustó.
Tocaba clase de inglés. Pues perfecto, no podría estar mejor. Me encantaba el inglés, además se me daba muy bien, pero odiaba estos primeros días en los que se dedicaban a repasar los tiempos de presente simple, presente continuo, etc... Una vez más, tuve que presentarme para que el profesor me conociera, odiaba eso. Las horas siguientes se pasaron de volado. Historia y matemáticas. No estaba mal.
Durante el intercambio de inglés a historia, estuve hablando con Ana y Claudia:
-Alicia, ¿por qué no te vienes hoy con nosotras a dar una vuelta?- dijo Ana un poco cortada, algo que parecía muy inusual en ella.
- Sí, eso mismo. Venteeeee- contestó Claudia casi suplicando. Me hizo reír, pero mi casa estaba a tres autobuses de aquí, y me daba mucho palo tener que volverme después, serían ¡¡¡SEIS autobuses en un mismo día!!! Aunque lo mismo, si cogía el segundo en otro sitio solo tendría que coger dos... Bueno, de todas formas no me apetecía eso de los autobuses...
- ¡Me encantaría!- y era verdad...- pero mi casa está lejos, y no apetece estarme todo el día de autobús en autobús, por no decirte que mi madre no sabe nada... Quizá mañana , ¿no?- dije sonriendo, esperando que no se molestaran.
- ¡Quédate a comer en mi casa!- dijo Claudia contenta con la idea. ¿Cómo negarme con Claudia sonriendo así y casi suplicando? Es que me daba lástima.
-Bueno, le preguntaré a mi madre, ¿vale?
-¡¡¡¡Vaaaaleeee!!!!