Etiquetas

lunes, 19 de septiembre de 2011

Capítulo 12: Misterioso.

Iba en el autobús, camino del instituto. Había llegado tarde, así que iba de pie, como siempre. Era realmente dificil coger asiento en el bus por la mañana temprano. El balancelo del vehículo me hacía molestar a la gente con la mochila que llevaba colgada a la espalda, así que me la colgué de un asa para que dejara de molestar.
A mi lado había una señora de mediana edad que acudía a trabajar, y ya iba pegada a su Iphone. Un poco más allá, se encontraba sentado un hombre trajeado con un maletín sobre sus rodillas, y justo a su lado, una anciana que me miraba descaradamente en busca de algo que no sé lo que es, sinceramente. Debía mirar las marcadas ojeras moradas que decoraban mi cara esta mañana. No lo sé, pero me molestó. Odio que me miren, pero no acostumbro a maquillarme para ir al instituto. Solo un poco de antiojeras, pero hoy no me había dado tiempo. Y no había dormido nada, por lo cual, tenía el doble.
Dos asientos más adelante, había una madre con su hijo que lloraba como si el mundo se acabara mañana. Y me estaba molestando muchísimo. Su llanto empezaba a retumbarme por los oídos como si fuera un trueno. ¡Uffff! Yo, es que, definitivamente odio los lunes. No hay un día peor en toda la semana. Además, el temita de Álex me rondaba por la cabeza desde por la mañana temprano. No se por qué, pero había algo que me inquietaba en todo esto. Seguía sin comprender esa actitud tan cariñosa y delicada conmigo, no era propio de él. Además, empezaba a molestarme tanto mimo. Pues si que odiaba los lunes sí, ya no sé ni lo que digo...
Pero es verdad que no me gustaba esa actitud suya. Me empalaga. Pero viniendo de él, me gusta. Y es absurdo, y además, soy consciente de que lo es. ¿Lo ves? Un lío que te cagas.
Me puse los cascos para escuchar la radio mientras llegaba al instituto y estuve recordando el finde. La verdad es que parecía que llevaba de finde un mes. Qué largo se me había hecho...
El viernes y el sábado fueron sobre ruedas, pero el domingo cargué todo lo que no hice en el resto del finde, es decir, me harté a hacer deberes y a estudiar. Ni siquiera salí a dar una vuelta. Tampoco hablé con Álex ni con mis amigas, y eso me agobiaba. Ahora otra semana más sin verlas. El finde que viene pasaré más tiempo con ellas, lo juro. Me lo juro a mí misma. No quiero pasar tanto tiempo con Álex, no me gusta pasar tanto tiempo con mi pareja, que después me termino cansando...
El bus se paró en seco. Era mi parada, y me había despistado con tanta tontería, así que esquivé a la gente como pude y salí pitando por la puerta de atrás y me bajé. Caminé unos diez minutos hasta que llegué al instituto. Esta vez no me molesté en desayunar: no tenía ni tiempo ni hambre. El viaje en autobus me había mareado, así que me limité a entrar por la puerta y subir las escaleras hasta la segunda planta rápidamente. Cuando llegué, me senté en mi sitio de siempre y me eché mi cabeza encima de la mesa mientras llegaban Ana y Claudia.
-¡Holaaaa!- era una voz masculina. Me resultó familiar, pero no me molesté en levantar mi cabeza. Pero casi me obligaron a hacerlo, porque algún maldito idiota me dio un pescozón en la cabeza.Estupendo. ¡Ahora sí que me dolía la cabezaaaaa! Levanté mi dolorida cabeza y miré a la persona que me había dado. Era Pablo. Sí, el guapo de Pablo. Me apetecía ser borde, pero sabía que no lo merecía y que no lo había hecho con otra intención que agradar-Eyy... vaya forma de dar los buenos días, ¿eh?- le dije mientras sonreía vagamente.
-¡Hay que estar espabilados, dormilona!-dijo mientras me revolvía mi pelo suelto- Has tenido un finde movidito, ¿no?-dijo de forma irónica mientras se sentaba en la mesa de detrás mía. Pues no se imaginaba este lo movidito que había sido mi finde, pero no dije nada, me limité a sonreir. En ese momento entró Claudia en clase y la saludé con la mano mientras iba avanzando por el pasillo hasta llegar a su sitio al lado mía. Estaba igual o peor que yo. Pues vaya un lunes que me esperaba...
-¿Otra que ha tenido un finde movidito? Joder como están las niñas...-dijo mientras reía como un loco. Realmente envidiaba su humor de un lunes por la mañana. Claudia se sentó en la silla, le pegó a Pablo en el brazo y apoyó su cara en la palma de sus manos sin decir nada más. Era extraño que Ana no hubiera llegado aún, la verdad. Casi siempre llegaba a tiempo, pero el profesor de lengua ya estaba entrando por la puerta y ella aún no había aparecido. Eso es que ya no venía. A saber lo que le pasaba. Se lo dije a Claudia.
-Pues seguro que está resacosa como nosotras, vete a saber. El sabado estuvimos haciendo bote hasta tarde, imagino que estará acostada, la muy vaga...-dijo medio sonriendo
-Seguro-dije poco convencida para luego ponerme a mirar al profe a ver lo que hacía.
A la hora del recreo salí con Claudia al patio y nos sentamos en un banco a esperar a que llegaran las demás. Claudia sacó su bocadillo y empezó a mordisquearlo, de mientras, yo le daba grades bocados a mi manzana roja sin ningún entusiasmo.
-¿Qué tal el finde?- dijo Claudia con el mismo entusiasmo con el que yo le daba los mordiscos a mi manzana.
-Bien, creo. Estoy...creo... creo que tengo novio.- dije en el mismo tono absurdo. Sin interés.
-¿Cómo? Esto se cuenta antes...-dijo ella super emocionada. Hasta más que yo diría. Pero es que yo estaba tan confundida con esta relación... que no tenía ni interés. Bueno, no era eso exctamente, claro. Pero me superaba.
-Ya. Es que no sabía cómo abordar el tema. Además, tenía pensado dejar el tema de lado aunque fuera por un momento. Me estoy volviendo loca. No entiendo nada.-dije algo triste.
-Explicame eso de que no entiendes nada.
-Pues eso, que este chico, Álex, es mi ex, ¿vale?- y este fue el comienzo de la historia que le conté a Claudia durante el recreo y prosiguió en clase a través de notitas en folios enteros. Ella me había dicho lo que yo ya sabía: que no eran más que miedos e imaginaciones mías. De todas formas tenía pensado dejar que el tiempo pasara y esperar a ver lo que se cocía. Al llegar a casa, me cambié de ropa y entré en tuenti antes de comer. Tenía tres comentarios, dos fotos etiquetadas y un mensaje privado. Primero abrí el mensaje, esperando encontrar algo de mis amigas, pero no era de ellas, si no de Álex.
Hola princesa!!! :D qué tal el día?? Espero que bien y que te estés acordando de mí tanto como yo de tí :) I miss U^^ Te quiero:)
Pues estamos jodidos. Ya estoy mirando la pantalla como una imbécil. Es que es tan mono... Y me había dicho que me quería :) No sé por qué se me vino a la cabeza una canción de Alejandro Sanzs en la que decía "Qué fácil es decir te quiero cuando estamos solos... Lo dificil es decirlo cuando escuchan todos..."
¿Me diría también Álex que me quería delante de sus amigos? Seguro que no. Y seguro que no sería tan cariñoso conmigo. Bueno, es lo normal. Yo tampoco. No me gusta ser demasiado empalagosa en público. ¡Uff! Yo sola me estaba contradiciendo. Esto era una locura...Mejor no pensar.
He pensado en tí todo el tiempo. Todas esas 6 horas :) El día? Muy laaargo, la verdad!! xD I miss you so much! teeQ!
Cuando terminé de comer me concentré en mis deberes y cuando terminé me puse a ver la tele. En ese mismo momento sonó mi móvil. Miré la pantalla para comprobar quién era. Álex, era Álex :D Descolgué inmediatamente.
-¡Holaaa!- dije efsivamente.
-Hola princesa. Pareces muy feliz.
-Bueno, ahora soy feliz.
-Ah, ¿si? Y eso, ¿por qué?
-Ummm... es posible que sea porque esté hablando con una persona especial...-dije mientras me reia como una tonta. El se rió también.
-Ali, ¿tienes algo que hacer ahora?
-Pues no, acabo de terminar los deberes.
-Pues me paso a recojerte dentro de diez minutos.
-¿A recojerme? ¿Para qué? ¿Adonde vamos a ir?
-Eso no te lo voy a decir, mi amor-sonaba misterioso, animado... ¿enamorado? Ojalá, porque lo estaba empezando a dar todo de mí, de mi corazón, de mi tiempo y de mi alma. Estaba empezando a encandilarme su mirada como aquella vez...
-Te recojo en diez minutos, no tardes.- y colgó. Así, sin más.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Leedlo, es solo un minuto :D

¡Hola! Solo quería pediros un nuevo favor, sé que no lo voy a conseguir, pero no quiero rendirme tan pronto, sin ni siquiera haberlo intentado, porque el que no arriesga, tampoco gana. En fin, solo quería deciros que, entrarais en http://www.bookad.co/profiles/blogs/donde-los-sue-os-se-hacen-realidad y votarais por la historia de Alicia Caravante dándole al me gusta!! Yo creo que os gusta, ¿no? jejeje Aunque seamos poquitos podemos intentarlo, verdad? El premio, como ya sabeis es la publicación del blog en formato papel, y ese sería mi sueño. :D A cambio os recompensaré con buenos capítulos :) Gracias por todo gentee :D
Ahh, otra cosa que se me olvidaba: podeis votar por la historia de Ali y de Álex en el apartado de la izquierda donde pone "hagan sus apuestas..." es muy sencillo, ni un segundo se tarda y me gustaría conocer vuestras opiniones. Vosotros sois los que conseguis que esto vaya creciendo :)

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Capítulo 11: Soñando despierta...

Cuando llegué a casa mi madre me esperaba con la luz de la lamparita pequeña encendida y despierta. Parecía enfadada. Eran más de las tres de la mañana y casi no me había dado cuenta. Con Álex el tiempo pasaba volando.
-Hola-dije bajito para que no se despertara nadie.
-¿Hola me vas a decir?¿Dónde has estado?-estaba muy enfadada, la leche. Lo mismo había escuchado el coche de Álex y me había visto... No puede ser, me castigaba para lo que me quedaba de vida ¡FIJO! Joder... ¡a mentir se ha dicho! Con lo mal que se me da y lo bien que me conoce...
-Pues con mis amigas, es temprano y es Sábado, mamá.
-¿Sábado? ¿Podrías avisar no?-hoy todo eran preguntas, lo hacía siempre que se enfadaba conmigo. Una detrás de otra, sabía que odiaba las preguntas.
Me metí a mi habitación lo más rápido que pude evitando la reprimenda, ya la escucharía mañana. Hoy estaba tan feliz que no quería estropearlo todo por una estupidez. Me quité la ropa y la puse encima de la sillita rosa de mi habitación, luego me puse el pijama y me fui al cuarto de baño a desmaquillarme y a lavarme los dientes. Cuando terminé me fui a la cama con una enorme sonrisa en mi cara y empecé a rememorar todo lo ocurrido desde que ví a Álex. El rico helado que nos comimos las risas en el pub, las caricias en el sofá del pub... Ains, qué bien me lo pasaba con Álex. Entonces, ¿por qué sentía continuamente que no lo estaba haciendo bien? Puede que estuviera yendo demasiado rápido pero es que Álex no era un cualquiera, Álex era mi ex, ya lo conocía de sobra y necesitaba hacerlo, necesitaba besarlo. Así que cuando me cogió de la cintura y tiró de mí hacia sí, sentí un enoooorme cosquilleo en mi estómago haciéndome sentir como en las nubes. Sonreía todo el tiempo esperando el momento en que sus labios se rozaran con los míos y se fundieran en un romántico beso, pero eso no ocurrió. Me susurró algo al oído, pero no le presté demasiada atención. Me sentía embriagada por su olor, aquel olor que me gustaba tanto y aquella mirada que me llevaba a hacer locuras. Me susurró algo parecido a que estaba muy guapa, no lo recuerdo bien, pero era un piropo, eso seguro. Después me pidió perdón, y ahora que lo pienso, no era la primera vez que lo hacía. Y no sé por qué me lo pedía. ¿Es que yo tenía algo que perdonarle? No sé por qué motivo nunca le había preguntado...
Después de un buen rato abrazados los dos, salimos del pub buscando el coche. Me llevó hasta casa y casi no hablamos en todo el camino. Yo me limité a mirarlo absorta, y el me miraba de reojo mientras sonreía sin quitar la vista de la carretera. Tenía muchas  ganas de besarlo, pero tenía miedo a cagarla si dejaba que me besara. La oportunidad se presentaba en diversas ocasiones, pero no quería estropearlo...
De pronto, el coche se paró en seco, entonces me di cuenta de que habíamos llegado. Era raro, porque había aparcado una calle antes de mi casa.
-Álex, ¿por qué te paras aquí?-dije sorprendida.
Y sin decir nada se acercó a mí. me miró directamente a los ojos y se acercó más. Y más, y más... Y yo sin saber que hacer me quedé con esa cara de indesición. Hasta que me decidí sin pensarlo más. Su rostro se acercó a mí todo lo que pudo y me miró de nuevo a los ojos con su preciosa mirada verde intenso. Sonrió y salvó toda distancia posible entre ambos. Sus labios rozaron los míos suavemente para dar paso a un beso eterno. Dulce, perfecto... Me dejé llevar y disfruté del momento. Mis manos temblaban y las suyas recorieron todo mi cuerpo. Desde mi pelo y mi cuello hasta mi cintura. Nunca antes me había besado así.
Nos apartamos ambos con una sonrisilla idiota y sin decir nada en concreto. No quería estropear el momento, así que no salí del coche. me quedé allí esperando a que él dijera algo. Pero eso no ocurrió. A cambio salió del coche, cerró la puerta y abrió la trasera y entró. Una vez se hubo acomodado tiró de mí hacia atrás, invitandome a imitarle, así que salí e hice lo mismo que había hecho él unos minutos antes. Me senté a su lado y recosté mi cabeza en su hombro.
-Te he echado de menos...-¡ZASCA! Esa sí que no me la esperaba. A ver qué le digo yo ahora.
-¿De veras? No consigo creerte-dije bromeando.
-Pues creelo, no sabes cuantas veces me arrepentí de dejarte marchar, sin llamarte, sin mandarte mensajes...
-Bueno, no hablemos de eso ahora, creo que ya has remendado tu error, pero como vuelvas a hacerlo, te mataré- dije con una sonrisa, pero realemente pensaba matarlo si lo hacía... jajaja-Lo he pasado muy bien contigo, hoy.
-Uhmm.. te aseguro que lo seguirás pasando así de bien durante mucho tiempo, todo el que tú quieras- y de esta manera sentí como si me estuviera haciendo una promesa, respecto a mi broma anterior. Me acurruqué un poco más en su hombro mientras sonreía.
Y de nuevo, sus labios se acercaron a los míos obligándome a levantar mi cabeza. Fue un beso mágico. Sus labios se enredaron con los míos como si fuera la última vez que nos veíamos haciéndome sentir la mujer más especial del mundo entero :) Sólo él conseguiría eso de mí, eso seguro. Solo con estar a su lado ya me sentía la persona más afortunada del planeta Tierra.
Estuvimos un rato más así, hasta que le pedí que me llevara a casa, era tarde y mi madre me reñiría. Y no me equivoqué...
Y ahora tenía más dudas que nunca. Los besos y la charla de hoy, ¿significaban que estabamos saliendo? ¿O seguíamos siendo amigos con derecho a roce? Porque si era así, pensaba terminar esa misma noche, no iba a soportar eso.No me gustan esas relaciones, me hacen daño y solo me sirven para colgarme de una persona y sufrir después.
Pero no me dio tiempo a pensar en nada más porque me quedé profuendamente dormida...