Etiquetas

domingo, 31 de julio de 2011

Capítulo 5:"Sorprendida"

Me sorprendió que mi madre me dejara quedarme en el centro con las chicas, lo mismo se sentía un poco culpable por todo lo sucedido este verano... La verdad es que las chicas se alegraron mucho y eso me sorprendió bastante, pero para bien :) Con las que más hablé fue con Ana y Claudia, que estaban en mi clase. Al menos eso fue al principio, porque al cabo de un par de horas, acabé contándole mi vida a Almudena, la chica que me pareció más timida al principio, y qué sorpresa me llevé cuando me enteré de que conocía ¡¡¡a mi amigo Álvaro!!! ¡Já! Increíble, el mundo es un pañuelo, cada vez me sorprendía más... Me contó que se habían conocido a través de un amigo que tenían en común. ¿Qué amigo sería ese? Me dio cosa preguntarle, así que me lo guardé para bombear a Álvaro a preguntas en cuanto tuviera la oportunidad.
La verdad, aunque una tontería pareciera, aquello me hizo acercarme más a Almudena. No sé, es como si nos uniera un extraño vínculo a través de Álvaro :)
Aunque el momento más entretenido de la tarde fue cuando llegaron unos chicos del instituto, a uno de ellos me pareció conocerlo, me sonaba su cara, vaya. Me quedé mirándolo, y él, obviamente, se dio cuenta. Argg, ¡¡qué vergüenza!! Siempre me pasaba igual, soy una descarada de cuidado. Pero bueno, el chico no pareció tomárselo a mal, porque se acercó hacia mí después de que me presentara al resto de sus amigos. Fran, Alberto y Pedro, parecían simpáticos también. Bueno, Pedro... Pedro... a Pedro no le terminé de entender las bromas. Supongo que porque no lo conocía, me daba igual, la verdad. No le di mucha importancia, estaba Pablo delante que no dejaba de mirarme y sonreirme.
-Bueno, yo no me presento porque ya nos conocemos-dijo con una sonrisa en los labios-Yo me quedé con una cara de empanada que dejó ver que no sabía quien era, aunque no era exactamente así, si no que no recordaba de qué lo conocía. Recordar nombres, caras y asociarlos a un lugar o momento exacto  era complicado teniendo en cuenta a la de personas que me habían presentado hasta ahora, y él pareció entenderlo. Era perfecto, de momento...-bueno, veo que no te acuerdas de mí, ¿eh?- dijo dándome un pequeño empujoncito hacia un sofa estilo push que había en el suelo junto a una mesita donde había algunas bebidas- Es normal. Soy Pablo, y estoy en tu clase- y me dio dos besos, uno en cada mejilla.
-Ehh...-volvía titubear tontamente, me pasaba siempre que me ponía nerviosa, especialmente si tenía a un chico guapísimo mirándome con esos ojos verdes...- yo soy Alicia- sonreí tímidamente.
-Ya, si ya lo sé, como para no saberlo- dijo irónicamente con una media sonrisa que dejaba ver sus preciosos dientes blancos.
-¿Por qué dices eso?-dije sorprendida
-Alicia, Alicia...O... ¿prefieres que te llame Ali?
-No, Alicia está bien, pero no me importa-dije volviendo a sonreir como una idiota. Qué tendrán esos ojos... Ahora recuerdo de qué lo conocía. Es el chico que me presentó Claudia el primer día.-¿Bueno, y por qué dices eso?
-Bueno, es fácil, ¿no? Eres la nueva, aquí nos conocemos casi todos, la verdad. Sino de clase, del barrio, tú eres nueva. Todo el mundo sabe quien eres, aunque sea de oídas, porque toda la clase habla de ti, incluso la clase de ciencias.
-¿Como?- me quedé muuuy, muuuy sorprendida. ¿Todo el mundo hablando de mí? ¿Todo el mundo sabía quién era? Eso era algo nuevo también para mí, en mi antiguo instituto pasaba desaperibida. Sí, probablemente todo el mundo me conocía, pero eso no me importaba, todos nos conocíamos, pero aquí era la comidilla... No sabía que pensar.
-¿Te sorprende?- dijo, esta vez era él el sorprendido.
-Mucho, bueno no. A ver, lo entiendo, siempre que llega alguien nuevo, llama la atención, pero yo no estoy acostumbrada- y tras decir eso, me reí, supongo que de la tensión que me provocaba estar cerca de este chico. Él se rió conmigo, y los dos nos fundimos en un carcajeo absurdo que me relajó bastante...
-

viernes, 15 de julio de 2011

Capítulo 4:"Haciendo amigos"

Sí, me había pasado la media hora del recreo con Claudia y sus amigas. No eran muchas pero eran muy simpáticas, al menos es la sensación que me dio. Mmmm... a ver, voy a hacer memoria, porque es complicado, he conocido en dos días a más personas de las que había conocido en toda mi vida jajaja.
Bueno, primero me presentó a Lucía, una chica de nuestra edad que estaba en la clase contigua a la nuestra. Era alta, morena con los ojos pequeños. Podria decir que casi ni se le veían, pero era simpática. Me había estado hablando de su clase, de sus horarios, de lo que iba a echar de menos no tener tanto tiempo libre en verano, etc, etc. La pobre solo pretendía que me sintiera a gusto, y realmente lo consiguió. Al menos estaba conociendo a gente similar a mí. Salimos al patio del recreo y nos acercamos a un banco al respaldo del sol, donde Claudia y Lucía me presentó a otras tres chicas: Eva, que era un año mayor que nosotras, pero estaba repitiendo primero. Era del primero de ciencias y estaba en la clase con Lucía. Eva era un poco más bajita que el resto. Rubia de ojos azules. No era demasiado guapa, pero algo me decía que a ningún chico le importaría tener una historia con ella. Tal vez fuera su sonrisa, no sé. Sobre chicas, por lo que se ve, no entiendo. Mi mejor amigo, Álvaro siempre me decía que no entendía, que veía guapas a las feas y viceversa. Yo pensaba que era él el que no tenía ni idea.Sonreí al recordarlo. A saber lo que estaría haciendo ahora el petardo de mi amigo Álvaro...
Luego estaba Almudena. No era ni alta ni baja, más o menos como yo. Estaba delgadita y tenía el pelo negro. Parecía una chica muy tímida, así que la saludé con un simple "hola, ¿qué tal?". Ya la iría conociendo más adelante.  Por último, me presentaron a Ana. Era una chica bastante simpática, incluso más que el resto. Creo que estaba en mi clase. Y debía ser así porque me saludó con un "¡¡¡hola compiiiii!!!" que no dejaba indiferente a nadie.
El recreo transcurrión sin más incidentes ni nada interesante que contar. Las chicas me estuvieron describiendo a los profesores, informándome y aconsejándome sobre cada uno de ellos. También me hablaron de algunos compañeros, sobre aquellos a los que no soportaban, y los que eran majos. Sobre los que eran guapos pero idiotas y sobre los que eran monos pero que valían la pena. Solo con eso, sabía que me iba a llevar muy bien con ellas, la verdad es que se parecían mucho a mis amigas. Éramos dos grupos muy similares, y eso me gustaba. Porque mi grupo me gustaba,, me gustaba mucho. Todas éramos iguales, nadie mandaba sobre otra. Mis amigas eran increíbles y nos divertíamos mucho juntas, haciendo las payasas o simplemente chrlábamos sin más. Nunca se nos acababan los temas de conversación, y eso mismo les ocurría a estas chicas :)
Cuando subimos a clase, Ana se sentón con Claudia y conmigo. A mí me dejaron en medio y eso me gustó.
Tocaba clase de inglés. Pues perfecto, no podría estar mejor. Me encantaba el inglés, además se me daba muy bien, pero odiaba estos primeros días en los que se dedicaban a repasar los tiempos de presente simple, presente continuo, etc... Una vez más, tuve que presentarme para que el profesor me conociera, odiaba eso. Las horas siguientes se pasaron de volado. Historia y matemáticas. No estaba mal.
Durante el intercambio de inglés a historia, estuve hablando con Ana y Claudia:
-Alicia, ¿por qué no te vienes hoy con nosotras a dar una vuelta?- dijo Ana un poco cortada, algo que parecía muy inusual en ella.
- Sí, eso mismo. Venteeeee- contestó Claudia casi suplicando. Me hizo reír, pero mi casa estaba a tres autobuses de aquí, y me daba mucho palo tener que volverme después, serían ¡¡¡SEIS autobuses en un mismo día!!! Aunque lo mismo, si cogía el segundo en otro sitio solo tendría que coger dos... Bueno, de todas formas no me apetecía eso de los autobuses...
- ¡Me encantaría!- y era verdad...- pero mi casa está lejos, y no apetece estarme todo el día de autobús en autobús, por no decirte que mi madre no sabe nada... Quizá mañana , ¿no?- dije sonriendo, esperando que no se molestaran.
- ¡Quédate a comer en mi casa!- dijo Claudia contenta con la idea. ¿Cómo negarme con Claudia sonriendo así y casi suplicando? Es que me daba lástima.
-Bueno, le preguntaré a mi madre, ¿vale?
-¡¡¡¡Vaaaaleeee!!!!

jueves, 14 de julio de 2011

Capítulo 3: "Primer día de clase"

Pipipipipiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. PIPIPIPIPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.
¡¡¡Maldito despertador del demonio!!! No hay un ruido más desagradable que el que produce un despertador, imposible quedarse dormida. Ha sonado hasta que la cabeza me ha empezado a temblar, y eso ya es decir. Arggg... ¡qué dolor de cabeza! Mañana romperé ese despertador, lo juro. Pero lo mejor de todo es que, seguido a el ruido insoportable del despertador de mi madre ( que no tengo la menor idea de por qué ha sonado, y tan temprano, a las 6 y media de la mañana, si eso es casi ilegal jajaja Me he reído sola, obviamente.) ¡ me ha sonado la alarma de mi móvil! Increíble. Buena manera de empezar el día. En un nuevo instituto, para el cual, tengo que coger TRES autobuses, ¡¡¡¡TRES!!!! Yo es que por muchas vueltas que le daba, seguía sin verle nada bueno a este instituto nuevo al que mis padres me habían matriculado. Se llamaba Fernando de Herrera, y aunque todo el mundo me decía que era un buen instituto, a mí me parecía un horror. Pero al menos me conformaba con pensar que por las tardes podría estar con mis amigos de toda la vida. Aunque el hecho de no poder graduarme con ellos me molestaba casa día más. ¡¡Uffff!! Mi vida empezaba a convertirse en un infierno. Con estos pensamientos tan negativos y pesismistas me levanté de la cama y me dirigí casi automáticamente al baño, e hice lo propio. Me lavé los dientes, la cara, etc, etc.
Cuando volví a mi habitación cogí la camiseta de tirantes color coral  con pequeños lunares blancos que había encima de mi escritorio, porque aunque era septiembre hacía un calor terrible. Así era Sevilla, y a pesar de todo, eso me gustaba. Estaba  acostumbrada a sobrevivir con la calor, por lo que el frío era mi peor enemigo. A continuación me coloqué unos vaqueros largos oscuros, unas sandalias del mismo color que la camiseta y salí encaminada hacia la sala de estar donde cogí un bolso grande donde guardaba una libreta y varios bolígrafos. Eran los primeros días, y no tenía los libros todavía. Cogí lo propio: el móvil, las llaves, la tarjeta del bus y algo de dinero para desayunar.
Cuando llegué al instituto todavía era temprano, así que busqué rápidamente algún bar donde poder desayunar. ¡Cómo me rugía el estómago, nena! Era raro, necesitaba desayunar desde el momento en que ponía los pies en el suelo por la mañana. Así que me fui al más cercano. Dentro había trabajadores que empezaban a trabajar pronto. No sé donde leches desayunaba la gente de este instituto, pero me daba igual. Me pedía una entera con mantequilla y jamón de york, acompañada con mi zumo de melocotón. Mmmmm... me iba a sentar fenomenal, lo mejor de lo que llevaba de mañana, de hecho.
Miré el reloj. Las 8 menos cinco. Salí pitando. No sé si sabría llegar a la clase a la primera así que... seguro que llegaba tarde. Con un poco de suerte me encontraba a a Claudia por la puerta.
Cuando conseguí dar con el aula, la clase de lengua ya había empezado. Menos mal que con eso de que era nueva no te ponían mala cara los profesores jajaja Entré en la clase sintiéndome observada por todos a mi alrededor. Argg, cómo odio esta sensación. Como ya he dicho odio ser el centro de atención, y ahora, lo era. Crucé la clase hasta la tercera fila de la parte central, y me coloqué en el mismo asiento del viernes pasado, al lado de Claudia. Ella ya estaba allí, lógicamente. La chica no dijo nada para no interrumpir la clase, pero me sonrió cálidamente y me hizo un gesto con la mano indicándome que me sentara rápido. Esta chica era un auténtico sol.
Saqué un par de folios y un boli e iba apuntando lo que la profesora iba diciendo. Eran los materiales que íbamos a necesitar durante el curso. De pronto encontré una nota de Claudia encima de mi mesa: Eyy, qué haces en el recreo? ^^

Capítulo 2: "No tengo remedio..."

-¿Roberto Calvo?-preguntó el profesor mientras pasaba lista. El chico levantó la mano y sonrió mientras lo hacía.
No tardaría mucho en escuchar mi nombre...
-¿Alicia Caravante?
- Presente- dije sin mucho entusiasmo y muchísima vergüenza. Estaba sentada entre las filas de en medio, por lo que la mitad de la clase se giró para comprobar de donde provenía esa vocecilla idiota que me había salido de la garganta provocando un sonido agudo que casi parecía absurdo. La otra mitad de la clase me miraba y se reía. Esto era realmente patético, en serio. No soportaría ni un día más.
- Señorita Caravante, ¿es usted nueva en el centro?
-Ehhh...-titubeé un poco- sí, me he trasladado aquí para cursar primero de bachillerato.
-Y, ¿de qué centro procede?- dijo el profesor, Alberto Montes- en un tono desinteresado.
- Del Llanes...-respondí  tímidamente.
-Ajá-dijo el profesor como toda respuesta, y yo lo agradecí, no me gustaba nada ser el centro de atención, y me temo que a partir de ahora me convertiría en la comidilla de la clase durante unos cuantos días.
Menos mal que Claudia, la chica que había conocido en la entrada se había sentado a mi lado mostrándome todos sus dientes en una sonrisa más que bonita, en un intento de tranquilizarme y de hacerme sentir a gusto en este instituto. Y realmente agradezco su esfuerzo y amabilidad, pero fueron fallidos porque no conseguí relajarme hasta que la media hora de presentación terminó. Durante esa media hora me dediqué más que nada a obsevar a mis futuros compañeros. Había algunos chavales bastante monos, pero no me acordaba de ninguno de sus nombres, más que nada porque ni siquiera había escuchado al profesor mientras pasaba lista. ¡Estaba de los nervioooos!
Al salir del aula, Claudia me acompañó todo el tiempo, y se ofreció a enseñarme el Instituto y... a los compañeros. Iba a decirle que no cuando un chico de un metro ochenta más o menos se acercó a nosotras. Al parecer estaba en mi clase, pero a mí ni siquiera me sonaba su cara. Supongo que se habría sentado unas filas más atrás.
-¡Hola!-saludó el chico amablemente- Soy Pablo, encantado.
Nos dimos dos besos en las mejillas. Qué bien que olía este chico. Además era guapo. No sé como no me había fijado en él antes. Tenía los ojos verdes y el pelo negro. Y para rematar, era más que simpático...
-Yo soy Alicia, encantada también- dije, para posteriormente sonreír como una imbécil que nunca ha visto a un tío... No tenía remedio. Siempre me pasaba igual, me moría de la vergüenza cuando tenía que hablar con alguno, y si era guapo, era el remate. Nota mental: Dejar de babear cuando un chico guapo se te presenta.
Fui con Claudia y Pablo hasta salida, y una vez allí me despedí de ellos. Me habían estado contando así por encima cómo era el instituto y los profesores que nos habían tocado. Parecían simpáticos. Yo casi diría que Claudia anda detrás de Pablo, casi podría asegurar que hay algo entre ellos, pero nada claro, ya me enteraría.
Al bajar los cuatro escalones que me conducían hasta la acera, vi el coche de mi padre que, por ser el primer día, se habían esperado a recojerme. ¿¡Qué menos después de cambiarme de instituto para el Bachillerato!?

Capítulo 1: "Presentación"

Bueno, creo que debo presentarme, así que... Soy Alicia, tengo 17 años y estudio primero de bachillerato. Llevaba toda la vida en el mismo instituto, y aunque tenía sus pegas, se estaba bien. Había gente horrible, que no me caía nada bien, pero había echado raíces allí y había hecho muy buenos amigos. Esos de toda la vida. Me reía un montón, sobre todo con Elisa. Con ella eran risas siempre.
Pero este año, a mis padres se les había ocurrido la magnífica idea de cambiarme de instituto "para que mi nivel de estudios fuera más elevado que el del resto". Y yo me resistí, me resistí mucho, pero ya lo habían organizado todo...
Este nuevo colegio no estaba mal, pero no conocía a nadie, pero a nadie. La gente parecía maja pero hacer amigos nunca ha sido mi especialidad.
Hoy era el día de la presentación. La verdad es que en mi antiguo colegio también odiaba estos días, eran de lo más absurdo, sobre todo porque allí ya conocía a todos mis compañeros y a la mayoría de mis profesores, pero aquí lo mismo me venía bien una presentación.
Mis padres me dejaron en la puerta del instituto con el coche. Y no tengo muy claro si todo el mundo me miraba o es que yo estaba un poco obsesionada con estas cosas. Bah, tampoco es que me importara mucho. Me bajé del coche, y empecé a caminar hasta la entrada, subí unos cuantos escalones hasta llegar a la puerta. Había muchísima gente, casi no podía distinguir a nadie, pero tenía que preguntar como iba esto, porque en mi antiguo instituto nos iban llamando por clases y nos llevaban hasta el aula que ocuparíamos el resto del curso. Así pregunté. Había una chica alta, morena de ojos negros, Era mona y parecía simpática.
-¡Hola!- dije un poco cortada, bueno, muy cortada.
-¡Hola!- me contestó ella con énfasis.
-Oye, que soy nueva aquí, y no sé como va esto. Nos van llamando por curso o...
-Ah, es verdad, eres nueva- me dijo con una sonrisa la chica de la que todavía no sabía ni su nombre ni su curso- yo soy Claudia, ¿ y tú?
-Yo soy Alicia, encantada- dije dándole dos besos en la mejilla a modo de presentación- ¿de qué curso eres? Me parece que soy del 1ºZ...
- ¿Del 1ºZ?- empezó a reír tontamente- ¡¡¡Ya tienes una compañera!!!- rió de nuevo de esa forma tan particular.
- ¡¡No me digas!!- y empecé a reírme yo también.